El primer acusado por corrupción en Milán acepta pagar 500 millones de pesetas

Mario Chiesa, un funcionario socialista milanés de segunda fila que, siendo director del Pío Albergho Trivulzio -una institución para ancianos-, fue el primer detenido y la espoleta que, con sus confesiones, hizo estallar el escándalo de la comisiones ilegales en la capital lombarda, manifestó ayer al juez su disposición a pagar los 6.000 millones de liras (casi 500 millones de pesetas) que se le exigen en concepto de daños para poder optar así por una modalidad abreviada de proceso.El juez ha pedido una indemnización equivalente al 160% de las comisiones cobradas a cada uno de los 26 acusados en este primer caso, que son Chiesa, su predecesor en el asilo y 24 empresarios que les pagaron supuestamente por la adjudicación de contratos. Entre estos últimos hay un funerario que pagaba 100.000 liras por cada cadáver que le entregaban.

Sólo uno de los implicados ha rechazado la oferta del juez. Del resto, los que han podido se han acogido a la modalidad de sentencia pactada, que evita el proceso y la condena penal, reduciendo el castigo, o al llamado proceso acelerado, opción pedida por Chiesa, al ser su delito más grave.

El abogado de Chiesa no aclaró el origen de la fuerte capacidad financiera de su defendido, el cual difícilmente puede contar con el apoyo del partido socialista, que le ha expulsado. Las investigaciones iniciadas en torno a Chiesa incluyen ya a más de medio centenar de imputados, entre ellos una decena de parlamentarios nacionales y representantes de los mayores empresarios italianos.