El trazado del Giro 93 favorece a Induráin

La 76ª edición de¡ Giro se presentó ayer en la sede de la Unión de¡ Comercio y Turismo de Milán a la misma hora que en Pamplona se casaba su último ganador, Miguel Induráin. La prueba de 1993, que tendrá un recorrido muy variado e interesante, con 21 etapas y 3.777 kilómetros, favorece a un corredor completo cómo el español, que se inclina a disputar la ronda italiana en lugar de la Vuelta a España. Al revés de la última edición, en que la montaña comenzaba muy pronto, en la próxima, la ascensión a las mayores cumbres se ha dejado para la segunda mitad de la carrera, entre la 13ª y la 18ª etapas. Habrá sólo tres contrarreloj, pero una de ellas tendrá 55 kilómetros en cuesta hasta la estación alpina de Sestrieres.

"Tengo la impresión de que este Giro se presenta como uno de los mejores de los últimos años", dijo Claudio Chiappucci, uno de los grandes rivales de Induráin en la actualidad y segundo en el pasado Tour. Sin embargo, el pequeño italiano matizó: "Yo tendría seguramente algo que decir en esa carrera, aunque realmente no sé si correré, pues aún debo planificar mi temporada".Chiappucci se encuentra en una situación parecida a Induráin y a otros corredores, que aún deben escoger entre dos de las tres grandes Vueltas para sus temporadas. El caso del español parece cada vez más decantado hacia repetir su triunfal experiencia de este año, en que ha ganado el Giro y el Tour.

Problema de fechas

La clave de la decisión no está tanto en los trazados, pues Induráin ya es capaz de digerir cualquier montaña que se le presente. Lo fundamental son las fechas. La Vuelta a España se corre en abril y en esas fechas existe más riesgo de mal tiempo y frío. Justamente lo que peor le va a Induráin, que prefiere también llegar a una gran vuelta con más kilómetros en las piernas como rodaje. Además, por si fuera poco, la empresa organizadora Unipublic ha reducido el trazado de la próxima edición a la mitad norte de España por haber encontrado el patrocinador básico en Galicia, donde empezará y terminará la ronda. Eso significa aún más posibilidades de mal tiempo.

La carrera italiana se iniciará el 23 de mayo en la isla de Elba y terminará el 13 de junio en Milán. Serán ocho las etapas consideradas de montaña, cinco de ellas con final en alto. La primera, en Scanno, única excepción montañosa de los primeros días, en la tercera etapa; dos veces en Corvara Alta Badía (13ª y 14ª); en Fossano (18ª) y por último la contrarreloj de Sestrieres (19ª).

La etapa reina será la 14ª, en un circuito con salida y llegada a la estación de esquí de Corvara Alta Badía y con 250 kilómetros de recorrido. Se subirá en su transcurso a los famosos Costalunga (1.745 metros), Pordol (2.239), Marmolada (2.057) y Campolongo (1.857).

Habrá 20 kilómetros contrarreloj menos que en la pasada edición, pero la gran cronoescalada de 55 kilómetros en la 19ª y antepenúltima etapa, con salida en Pinerolo y final en Sestrieres se presenta como el último gran juez de la prueba. Las otras dos jornadas contrarreloj serán los 9 kilómetros del prólogo en Elba y los 28 de la décima en el circuito de Senigallia. El kilometraje contra el crono es mucho menor en el llano que en la última edicion, donde Induráin barrió a sus adversarios.

Todas las estrellas

En cualquier caso, el Giro 93 tiene un trazado variado e interesante que no será impedimento para que puedan estar en él todas las figuras del pelotón mundial, incluido Miguel Induráin. Los intereses comerciales lleven a Chiappucci a estar en la salida, como a Gianni Bugno o a Franco Chioccioli. Tradicionalmente los corredores italianos no han prestado atención a la Vuelta a España. Los estadounidenses Greg Lemond y Andy Hampsten también han confirmado su presencia. Todos ellos consideran ademas que el Giro sigue siendo una piedra de toque magnífica para afrontar después el Tour.