Pena de muerte
Como ciudadano contrario a la pena de muerte en todos los casos y circunstancias, me siento obligado a protestar por el tratamiento dado, en el espacio Informe semanal del 24 de octubre de 1992, al caso del llamado carnicero de Rostov que ha sido condenado en su país a la pena capital.Tanto los comentarios de la presentadora como el desarrollo del espacio producen en el espectador la impresión de que dicha condena es el fin lógico de una cadena de horrores, sin considerar que lo que hace es añadir un horror más.Creo que la televisión pública de un país que ha suprimido la pena de muerte de su ordenamiento jurídico, como reflejo del rechazo de dicha pena por un sector mayoritario de la población, tiene la obligación de manifestar de alguna forma su oposición a este castigo, procurando que la influencia que ejerce un programa de gran audiencia sirva para recordar a los que lo contemplan que la pena de muerte debe ser abolida en todos los países, como lo ha sido en el nuestro.-
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