Renfe reducirá drásticamente los servicios entre Madrid y el norte de España para frenar pérdidas
Renfe va a reducir sustancialmente, a partir de enero, los servicios de largo recorrido. Según anunció ayer el director general de servicios de la compañía, José Luis Villa, la reducción será de un 6% global. La medida afectará, sobre todo, a las líneas entre Madrid y la cornisa cantábrica (Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco) y a aquellas en las que sea imposible competir con otros medios de transporte. En algunos casos, como el servicio nocturno a Barcelona, la reducción será del 50%. El recorte anunciado ayer no implica cierre de líneas, sino reducción de trenes y paradas
Ni Renfe ni el Ministerio de Transportes concretaron qué relaciones o qué servicios concretos se reducirán en el norte de España. No obstante, las lineas entre Madrid y las capitales de la cornisa cantábrica se cubren con uno o dos expresos, lo que hace suponer que la reducción será significativa.La disminución de trenes de largo recorrido se añade a la ya anunciada para los servicios regionales. La decisión forma parte del conjunto de actuaciones que Renfe considera indispensables para frenar sus pérdidas. Hasta septiembre, sin tener en cuenta subvenciones y compensaciones (175.000 millones), las pérdidas alcanzaron los 40.000 millones de pesetas.
El recorte en los servicios de largo recorrido con escaso número de usuarios -las que unen Madrid con el norte de España- y en aquellos que no puedan competir con las autovías, se llevará a cabo previa discusión con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
La disminución de servicios también afectará a los servicios regionales. A partir de enero, según explicó José Luis Villa, este tipo de servicios se reducirá en un 10%. La filosofía con la que se pretenden reducir servicios de largo recorrido es la misma que ya se aplica para los trenes regionales: propuesta al Ministerio de Transportes y discusión con las Comunidades Autónomas. En el caso de que alguna autonomía esté interesada en mantener un determinado servicio o una línea muy deficitaria, tendrá que pagar. Renfe ha alcanzado ya acuerdos en este sentido con la Comunidad de Aragón, con Murcia, y negocia con la diputación de Jaén.
La compañí ferroviaria ha empezado a aplicar lo que denominan "racionalización de servicio" ya este año. De hecho, los servicios se han reducido un 4% en regionales; un 3% en largo recorrido y un 7% en mercancías a lo largo de 1992. Las reducciones, aún tímidas, han provocado fuertes protestas en algunas comunidades.
Renfe se enfrenta así a un fuego cruzado: por un lado, los Ministerios de Economía y Hacienda y de Transportes, que buscan reducir un déficit casi insoportable (este año se cifra en 315.000 millones de pesetas); por otro las comunidades, pueblos y comarcas, que consideran el tren como algo propio, enraizado al máximo y a lo que no se puede renunciar sea cual sea su coste. Todo ello aderezado con las directrices comunitarias que impulsan una decisión ya tomada por la Administración: en cinco años, los servicios de largo recorrido, mercancías y alta velocidad deberán equilibrar ingresos y gastos. No habrá subvenciones.
Estadísticas
La compañía enfrenta el problema con datos y estadísticas: las líneas rentables están ahora mismo en el Levante y el Sur de España (ver cuadro), con crecimientos que superan hasta el 40% en el caso de Cataluña-Levante-Andalucía. En el resto, las pérdidas se acumulan. Villa definió el propósito de Renfe de forma rotunda: "potenciaremos los tramos competitivos y nos iremos retirando de donde no se justifica nuestra presencia desde el punto de vista económico o social". La excepción a la regla será el transporte ferroviario de cercanías, donde el Estado asume el déficit por la utilidad social del servicio. Villa aseguró ayer que las cercanías "se van a potenciar al máximo", por el crecimiento de la demanda. En 1993, la compañía espera transportar en cercanías 375 millones de pasajeros, 50 millones más que este año.
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