Bases

Mientras la España oficial se desvive tratando de descifrar el significado de las palabras del oráculo de La Moncloa en su discurso de Las Ventas, y se celebra con fruición el I Decenio del evento que cambió nuestras vidas, tiene lugar en Madrid un modesto y, a la par, ambicioso Congreso Internacional: el de Movimientos Sociales. A estas alturas de la superproducción de la que creímos ser protagonistas cuando sólo éramos figurantes en un decorado de cartón piedra, los que reman en las galeras del Ben-Hur de la historia se reúnen para aportar experiencias, sacar conclusiones y elaborar planes. En el marco del asociacionismo de base, deslavazado si se quiere, pero todavía con rescoldos a avivar, diferentes experiencias saltarán a la palestra a partir de mañana y hasta el domingo, para exponerse y demostrar no sólo que la unión entre los débiles es posible, sino que hoy es más necesaria que nunca.De los Verdes alemanes a las Madres de la bonaerense Plaza de Mayo, de S.O.S. Racismo a los Educadores de Adultos de América Latina, de la Asamblea de Barrios de Ciudad de México -con la inestimable colaboración de Superbarrio, un héroe popular surgido en la lucha de la ineficacia del Gobierno mexicano cuando el terremoto- a la Red Europea de Mujeres, y los modelos de organización popular que expone un ex alcalde de Villa El Salvador en Perú, el Congreso se. convoca con la voluntad de recuperar lo que nos une, y es un toque de realismo en medio de tanto disparate.

Quizás haya llegado el momento de reforzar lo pequeño, de potenciar lo real, de empezar de nuevo, en un contexto de libertad, para que la palabra democracia no sea sólo el titular de un discurso, el concepto de avance no resulte únicamente patrimonio de los que mandan, y el interlocutor válido del poder sea, por fin, el pueblo.