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Kohl falta a su promesa y anuncia a los alemanes otra subida de impuestos

"Asumo que va a ser necesaria una mejora en los ingresos [del Estado]", dijo eufemísticamente el canciller Helmut Kohl ante el millar de delegados de la Unión Cristiana Democrática (CDU) que iniciaban ayer su congreso anual en Düsseldorf. "Esta es la hora de la verdad", sentenció Kohl, confirmando la inminente subida de los impuestos.

Tras este anuncio, Kohl fue elegido, por undécima vez consecutiva, presidente de la CDU, puesto que ocupa desde 1973. Kohl, de 62 años, obtuvo el 91,45% de los votos, un resultado inferior al 98,5% que había conseguido en 1990, año de la reunificación alemana.La CDU había aprobado el domingo una subida de impuestos, a partir de 1995, con la excusa de hacer frente a los pagos de la deuda de 400.000 millones de marcos (28 billones de pesetas) heredada de la antigua República Democrática Alemana (RDA). Desde ayer, sin embargo, está claro que los alemanes van a tener que pagar en breve más impuestos.

Tras una semana de rumores en este sentido, la. presidencia de la CDU aprobó el domingo por la tarde un plan para subir los impuestos a partir de 1995, con la excusa de los pagos de la deuda de la ex RDA, que suponen una factura anual de 40.000 millones de marcos. Una fecha un tanto lejana y, en cualquier caso, posterior a la próxima cita electoral. Pero ayer el canciller fue mucho más allá y no descartó una subida inminente. De producirse, sería la segunda vez que Kohl rompe su promesa electoral de 1990 de no recurrir a los impuestos para pagar la factura de la unificación. El primer paquete impositivo por esta causa abarcó desde junio de 1991 a julio de 1992 y costó a los democristianos la pérdida de todas las elecciones parciales desde entonces.

Kohl, tras indicar que pronto dará a conocer los detalles del llamado "pacto de solidaridad", que incluye un pacto salarial y negociaciones para una redistribución de las transferencias entre los Estados ricos y pobres, añadió: "Cualquiera que en las próximas semanas o meses se niegue a contribuir, a través del ahorro o de un reordenamiento de las prioridades, será responsable de que las cargas del pueblo deban aumentarse antes y en mayor cantidad". "Amigos", dijo el canciller a los delegados democristianos, "no nos engañemos, la Ale 'Manía unida necesita algo más que una continuación de la vieja política".

"Situación dramática"

Kohl, por una vez, no quiso quitarle hierro al desbarajuste económico en el que se encuentra el país y habló de la "dramática situación en la historia de nuestro pueblo". El día antes, el ministro de Economía había hecho públicos los datos sobre el crecimiento de la economía en 1993. Bajó las previsiones de un 2,5% a un 1,5%.Para este año los expertos ya habían previsto un crecimiento por debajo del 1%, que algunos incluso se atreven a creer que será nulo. Este descenso de la actividad económica supone que los ingresos del Estado por impuestos se quedarán este año 40.000 millones de marcos por debajo de lo previsto, lo que contribuirá a aumentar más el enorme déficit público.

Los socios de Kohl en la coalición gobernante en Bonn no han tardado en poner el grito en el cielo. Para los liberales (FDP), "la subida de los impuestos significaría el último clavo en el ataúd de la coalición", en palabras de su experto en temas fiscales Wolfgang Weng. El ministro de Economía, el también liberal Jürgen Moellemann, insistió en que la subida de impuestos "es el camino fácil", mientras que lo difícil es controlar el gasto.

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