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El caso de las primas del Barcelona, resuelto en un cuarto de hora

Robert Álvarez

La plantilla y la directiva del Barcelona llegaron ayer a un rápido e imprevisto acuerdo sobre las primas después de varias semanas de conflictivas negociaciones. Ambas partes, separadas por una cantidad inferior a los 100 millones de pesetas, cedieron en sus pretensiones tras una reunión de apenas quince minutos: el club ofrecía un aumento del 13% mientras que los futbolistas exigían unos 175 millones por ganar la Liga y de 220 a 250 por la Copa de Europa -la temporada pasada percibieron 145 y 170, respectivamente-. Las cantidades ahora consensuadas se silenciaron.El pacto se fraguó después de que los jugadores hicieran público el viernes su enojo con los directivos por filtrar la cuantía de los incentivos que deseaban percibir. Un contacto telefónico entre unos y otros durante la tarde de ese mismo día causó que el tema quedara visto para sentencia. Ayer sólo fueron necesarios 15 minutos para solucionarlo a pesar del fuego cruzado, las acusaciones y la polémica que habían presidido las conversaciones precedentes. Los vicepresidentes del club, Joan Gaspart y Josep Mussorris; el gerente, Antón Parera, y el responsable de la comisión económica, Xavier Aguilar, no precisaron más para entenderse de manera absoluta con los pupilos del técnico holandés Johan Cruyff.

Puntualizaciones

Los futbolistas desean transmitir la idea de que no son unos "peseteros" y de que su principal motivo de queja había sido la actitud de la junta, que durante algunas fases de las negociaciones había utilizado "medidas de presión". José Ramón Alexanko, uno de los capitanes del equipo y miembro de su comisión en el conflicto, destacó que el acuerdo alcanzado está en la línea de lo que les había sido prometido hace dos años. "Ha sido rápido y todos hemos demostrado una buena predisposición para este diálogo definitivo", dijo.

"He expuesto a los directivos que todos debemos estar unidos", indicó Alexanco, "y que por hache o por be no tendríamos que estar constantemente con este baile de cifras y este malestar. Hemos recibido la promesa de que no van a seguir pasando estas cosas. Nuestra intención es que exista mayor paz social y que no lleguemos a estos términos". Asimismo, rechazó la teoría -"aquí no hay jugadas maestras", comentó- de que aplazasen la reunión prevista para el sábado con el fin de presionar más. Según Gaspart, "incluso fue bueno que no se hiciera". Respecto a las puntualizaciones del plantel, el vicepresidente manifestó: "Yo sólo asumo las partes positivas de los temas. Lo que ellos y nosotros nos podamos haber dicho ha de quedarse en casa".

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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