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El Insalud expedienta a 52 médicos que cobran exclusividad y trabajan en clínicas privadas

El Insalud ha abierto expedientes a 52 facultativos de Madrid acusados de trabajar por las tardes en clínicas privadas, pese a que cobran todos los meses un plus de exclusividad de 100.000 pesetas, aparte del sueldo. Este plus les obliga a dedicarse por completo a sus pacientes de la Seguridad Social, cosa que no hacen. Y no lo hacen desde hace años. La Comunidad de Madrid, que gestiona el Gregorio Marañón, descubrió hace cuatro meses (véase EL PAÍS del 5 de mayo) que "cuarenta y tantos" de sus médicos percibían indebidamente ese plus. Aún no han devuelto el dinero.

Han pasado todos esos meses y, sin embargo, la Comunidad de Madrid no ha tomado ninguna medida aún contra ellos. Francisco Cerviño, gerente del Marañón, dio a finales de abril a esos médicos un plazo de dos meses para que abandonaran la actividad extrahospitalaria. El plazo ha expirado y el fraude persiste.En el supuesto de que en el conjunto de los hospitales de Madrid sólo haya unos cien médicos (contando los "cuarenta y tantos" del Marañón) que cobran ilegamente esas 100.000 pesetas mensuales -el Insalud, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, sospecha que hay muchos más-, la estafa se eleva, sólo en un año, a unos 120 millones de pesetas. Muchos de esos médicos llevan mucho más de un año cobrando el plus de exclusividad y trabajando en consultas privadas.

Antolín Rodríguez, director territorial del Insalud, confirma la apertura de medio centenar de expedientes contra facultativos, pero precisa que están aún sin resolver: "Se están tramitando". La tarea de perseguirlos corresponde a los gerentes de los hospitales, según el Insalud.

Absentismo

Por otra parte, la ausencia de médicos en las consultas o en los hospitales es otro de los frentes abiertos por el Insalud en Madrid, que ha decidido endurecer su batalla contra el absentismo laboral injustificado; es decir, contra los médicos que incumplen su horario y, con cierta frecuencia, ni siquiera acuden al trabajo. Y para colmo, sin que ello afecte a sus nóminas.

¿Cómo controlar que los médicos no sólo acuden al hospital sino que, además, trabajan en él? El director territorial del Insalud apela a la "corresponsabilidad" de los jefes de servicio. "No se trata en absoluto de convertirlos en espías, sino de hacerles más partícipes en la toma de decisiones".

Son tantos los médicos que, con o sin justificación, se ausentan del trabajo que el gerente del Ramón y Cajal, Diego Caparrós, se atreve a decir que si le dejaran prescindiría de un 30% de los facultativos de su centro, donde hay una plantilla de unos mil. Caparrós matiza, no obstante: "El absentismo [del Ramón y Cajal], no es superior al de cualquier otro gran, hospital de Madrid".

Ese absentismo y los incumplimientos de horarios se mezclan en una capital en la que, curiosamente, hay 50.000 enfermos en lista de espera (datos oficiales).

No faltan propuestas para erradicar tales conductas: obligar a los médicos a que fichen al entrar y salir del hospital, exigirles resultados, exhortar a los jefes de servicio a que informen sobre la actividad del departamento... Para Diego Caparrós, el instrumento más eficaz es el de fichar.

El director territorial del Insalud, Antolín Rodríguez, no opina igual. Colocar un reloj a la entrada de los hospitales no la parece un mecanismo adecuado; sí, sostiene, corresponsabilizar a los jefes de servicio, delegar más en ellos y, paralelamente, exigirles un control y un rendimiento.

Arturo Gallego, gerente del Clínico de San Carlos, comparte la idea del director territorial del Insalud. Hace unas semanas, Gallego envió una circular a los jefes de servicio para instarles a que informen periódicamente sobre la actividad del departamento. "Oficialmente no sé cuántos no acuden al hospital; lo que sí sé es que quienes cumplen con su trabajo se sienten molestos con los que no lo hacen", razona.

El gerente del principal pabellón de La Paz no ha querido pronunciarse sobre este tema. Sin embargo, una fuente de este centro ha admitido que el absentismo oficial, excluyendo a los médicos, que no están controlados, se eleva al 12%. "Los médicos van a su aire porque tienen libertad de acción", admite esta fuente. Ese 12% se refiere a ausencias justificadas. Los datos son similares en el hospital Doce de Octubre y, en general, en los grandes hospitales.

Autocontrol

"Teóricamente, pero sólo teóricamente, no existe absentismo injustificado en mi hospital; lo cual no quiere decir que haya algún caso en algún área", afirma el máximo gestor del Gregorio Marañón, Francisco Cerviño. "Hay un gran autocontrol y existe una presión interna para que ello no suceda; los jefes de servicios tienen que controlar que su gente vaya al hospital y que ninguno se escaquee", argumenta.

Cerviño, que controla el hospital más grande de Europa (2.600 camas), difiere de su homólogo del Ramón y Cajal sobre la eficacia de la fórmula de fichar. "Poner a fichar a los médicos creo que tendría un resultado para nuestro trabajo muy escaso. Lo que hay que exigir es rentabilidad".

La acusación del garaje

El gerente del hospital Ramón y Cajal, Diego Caparrós, ha sido, de los responsables sanitarios consultados, quien con más claridad ha admitido la existencia de absentismo en su centro medico. Aunque aclara, eso sí, que los absentistas del Piramidón en absoluto son un número superior a los de cualquier otro centro.Como dato anecdótico, Caparrós afirma que casi todos los días se quedan unas 300 plazas vacías en el garaje de su hospital, que está reservado a los médicos. "Antes, cuando no había ningún control y aparcaba allí todo el mundo, las plazas se llenaban; ahora que se controla que sólo entre el personal del hospital, casi todos los días sobran unas 350, y la residencia, a pesar de las ausencias, sigue funcionando".

De ahí la tesis de Caparrós de que, con 300 personas menos, la actividad del hospital Ramón y Cajal no se resentiría. De camino, sostiene, el centro se ahorraría 1.500 millones de pesetas mensuales de nóminas. Dinero éste que se podría utilizar "en compensar el esfuerzo de quienes realmente trabajan".

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