Miquel Roca, dispuesto a abandonar la política si no mejoran sus relaciones con Jordi Pujol

El pesimismo era ayer patente entre los diputados de Convergència Democrática de Catalunya respecto al futuro político de su portavoz, Miquel Roca, toda vez que tras el congreso de este partido, celebrado el pasado fin de semana, las relaciones con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, han ido a peor. Algunos diputados aseguran que si de aquí al mes de diciembre la situación no ha variado, Miquel Roca está dispuesto a abandonar la política. No obstante, todavía albergan la esperanza de que en ese plazo, Roca pueda volver a la secretaría general a la que no optó durante el pasado congreso por decisión propia.

Colaboradores de Roca reconocían ayer que los diputados de CDC están muchos más alterados que su propio portavoz, dado que éste parece no estar sorprendido del cariz que están tomando las cosas desde que decidiera no presentarse a la reelección como secretario general. El pesimismo de los hombres de Roca viene dado por la actitud beligerante que observan en el entorno de Pujol y en el propio presidente de la Generalitat de Cataluña. Según su impresión, Pujol estaría aprovechando la decisión de Roca para acabar definitivamente con el poder de éste en el partido.La reconstrucción de distintas conversaciones mantenidas ayer por Roca con sus parlamentarios en Madrid dibujan un cuadro poco optimista. Entre los escenarios políticos que ha dibujado Miquel Roca entra con fuerza la posibilidad de que abandone la política. No obstante, algunos interlocutores aseguran que "Roca no da todavía la batalla por perdida" y que su más ferviente deseo es qué de aquí al próximo diciembre pueda llegar a un entendimiento con Pujol. Aun así, los mismos medios creen que en las próximas dos o tres semanas la "escalada verbal irá in crescendo".

Relaciones rotas

Los parlamentarios de CDC, que apenas tienen relación con sus compañeros de Unió Democrática de Catalunya, ponen el énfasis en la discrepancia entre Roca y Pujol en la concepción que tiene el primero de cómo deben ser las relaciones con el Gobierno central. Estos diputados, muchos de ellos con casi 10 años de antigüedad en las Cortes de Madrid, atribuyen a Pujol la visión de "un nacionalismo estrecho" y sólo conciben las relaciones con el Gobierno central como "un puro chantaje". Estas expresiones, hasta ahora, resultaban inéditas en políticos nacionalistas.

A la tensión latente entre los hombres de Roca y los de Pujol se han sumado las declaraciones polémicas de Josep Martía Trías de Bes, vicepresidente cuarto del Congreso, que se mostró contrario a que la política de su partido se circunscribiera a la "ínsula Barataria". Estas expresiones han sido contestadas muy críticamente por Pujol y ayer mismo, tanto Trías de Bes como Roca, respondieron a Pujol en el intento de explicar que esas consideraciones no iban en menoscabo del proyecto de Convergéncia, al tiempo que mostraban al presidente su lealtad.

Roca precisó a distintos parlamentarios de su grupo que nunca encabezará una escisión dentro del primer partido de Cataluña, pese a estar en condiciones y contar con numerosos apoyos para hacerlo.

Miquel Roca declaró ayer que las últimas manifestaciones de Pujol sobre su renuncia a la secretaría general del partido, en las que calificó tal decisión de error personal, "no ayudan en nada a superar la situación actual". En declaraciones a la emisora Catalunya Rádio, Roca explicó: "Si he renunciado a la secretaría de CDC para liberar a la coalición [Convergència i Unió] de cualquier tensión personal, imagínese si querría generarla en mi propio partido".