Catherine Deneuve

no pudo asistir al estreno en Madrid de su última película, Indochina, cita por la que se hubiera llevado casi tres millones de pesetas. Un rodaje en París le impidió trasladarse a la capital. Sin embargo, la actriz sí estuvo en Valencia esta semana presentando Indochina, un melodrama colonial dirigido por Régis Wargnier, en la Mostra del Cinema Mediterrani. Embutida por contrato en exquisitos modelos de Yves Saint Laurent, Deneuve se paseó por Valencia en una enorme limousine blanca, la única existente en toda la Comunidad Valenciana, y se quedó sorprendida ante el escaso don de idiomas del teniente de alcalde, Vicente González Lizondo, informa Antonio Albert. El edil de Unión Valenciana, ante los numerosos problemas de traducción y dada su innata facilidad para llamar la atención, quiso colaborar en la rueda de prensa aportando sus conocimientos en la lengua de Molière. La actriz, que entiende el castellano, pero prefiere no hablarlo, disimulaba su exasperación ante las equivocaciones del edil con sonrisas estoicas. Deneuve, que siempre pide ver previamente la proyección del rodaje del día, ha reconocido que sus exigencias no se cumplieron con esta película por razones técnicas: en Vietnam, la productora no tenía sala para ello. Luis Buñuel, con Belle de jour, fue el único director que no le permitió ver la película antes del estreno.