IU y PP se quedan solos en su intento de forzar la dimisión de Carretero

El PSOE, con el apoyo tácito de CDS, PNV y CiU, sepultó ayer en el Congreso de los Diputados la pretensión de Izquierda Unida y el Partido Popular de forzar la dimisión del presidente del Tribunal de Cuentas, Adolfo Carretero. Por el contrario, el deseo de exhibir una voluntad de absoluta transparencia en las contabilidades de cada partido, llevó a que todos los grupos aprobaran por unanimidad una resolución socialista por la que se pide que el Tribunal de Cuentas aplique la misma metodología seguida en este caso a todas las formaciones al analizar sus cuentas.El polémico informe del caso Filesa, quedó aprobado con los únicos votos del PSOE, la abstención de CiU y PNV, y el voto en contra del PP, IU, CDS y Unión Valenciana.

Durante la sesión de ayer en la Comisión Mixta Congreso-Senado de Relaciones con el Tribunal de Cuentas, todos los grupos, excepto el socialista, mostraron su opinión de que el citado informe les parecía insuficiente.

No obstante, a partir de ahí desaparecían las coincidencias, que no se tradujeron en un voto idéntico. IU y PP mantenían un planteamiento similar: el informe no daba respuesta a lo exigido hace un año por el Congreso, ya que analizaba sólo la contabilidad socialista, pero no su relación con Filesa, Malesa y Time Export, ni las contabilidades de estas firmas. En consecuencia, IU exigía que se rechazara el informe y se devolviera mientras que, en el caso del PP, se reclamaba que se complementara con toda una batería de nuevas pesquisas. El CDS también se mostró partidario de devolver por insuficiente el citado informe.

"Queda derrotada por mayoría", fue el epitafio puesto por el presidente de la comisión, Luis Berenguer, tras contar los votos del PSOE en contra, secundado con el apoyo en forma de abstención de nacionalistas vascos y catalanes.

"Queda rechazada por mayoría", volvió a sentenciar Berenguer tras pulverizar el PSOE, con el apoyo, ya explícito en este caso, de CiU y PNV, y la abstención centrista, las propuestas de IU y PP de iniciar los trámites para forzar la dimisión de Carretero.

Varias formaciones coincidieron en que el entierro parlamentario del caso Filesa acarreará ungrave deterioro a la imagen del Tribunal de Cuentas, de los partidos, del Parlamento y del propio sistema democrático.