_
_
_
_

El 'carnicero de Rostov', declarado culpable del asesinato de 52 personas en la antigua URSS

El carnicero de Rostov fue considerado ayer culpable del asesinato de 52 personas, la mayoría jóvenes de ambos sexos, a los que mató después de violarlos, mutilarlos y, en algunos casos, ingerir sus órganos sexuales. El tribunal de Rostov de] Don (al sur de Rusia) inició ayer la lectura de la larguísima sentencia que recoge las evidencias de la escalofriante serie de crímenes y se espera que Andréi Chikatilo, de 57 años, sea condenado a muerte en las próximas horas.

Entre 1978 y 1990, el carnicero de Rostov asesinó, según especifica la sentencia, a 21 muchachos y 14 muchachas, así como a 17 mujeres. Los crímenes los cometió en tres repúblicas de la ex Unión Soviética: Rusia, Ucrania y Uzbekistán. Se trata de uno de los casos más espectaculares de hombres aparentemente tranquilos y considerados poca cosa por sus vecinos que llevan una doble vida de pesadilla.Chikatilo se ganaba la confianza de la víctima de turno, la llevaba al bosque y allí la torturaba cortándole la lengua, arrancándole la oreja o rasgándole el vientre; la violaba y le daba muerte. En ocasiones incluso se comía sus órganos sexuales o efectuaba otras prácticas de canibalismo.

. El tribunal ha considerado que el criminal es responsable de sus actos, lo que hace prever su condena a muerte. Chikatilo, por tanto, no ha logrado convencer al juez de que no es más que un enfermo, víctima de una biografía desgraciada.

Su hermano fue asesinado y, devorado por unos campesinos durante la gran hambruna que padeció Ucrania como consecuencia de la colectivización forzosa de tierras ordenada por Stalin, que tuvo un coste de millones de vidas. Su padre fue uno de los soldados soviéticos que cayeron prisioneros de los nazis durante la guerra y luego fueron internados en un campo de concentración porque las autoridades soviéticas los consideraron traidores.

"El canibalismo fascinaba a ChikatiIo", explicó su psiquiatra en el juicio. "Por una parte lo consideraba algo terrible y horroroso, pero por otra tenía una insano interés en él y le aparecía en todas sus fantasías".

"Sus compañeros de trabajo", recoge la sentencia, "lo consideraban un robot incapaz de tomar decisiones. En casa estaba dominado por su mujer e incluso sus hijos lo trataban con desdén". Su mujer, con la que convivió durante un cuarto de siglo, jamás tuvo sospechas y la policía necesitó 12 años para detener al carnicero de Rostov. "En todos esos años", según el juez, "no dejó ni una sola pista, si se exceptúa su esperma, que dejaba expresamente en el cuerpo de las víctimas".

La falta de pruebas y una discrepancia entre las características de su esperma y las de su sangre -según la policía- le libró de la cárcel las dos primeras veces que fue detenido, en 1979 y 1984. Finalmente fue capturado en noviembre de 1990 cuando trataba de conquistar a otro muchacho. Tras su detención definitiva, primero trató de negar sus actos, pero finalmente no sólo confesó los asesinatos que se le atribuían, sino que añadió detalles de 21, más, nueve de los cuales ni siquiera constaban en los archivos policiales.

El juicio de Chikatilo estuvo lleno de escenas emotivas protagonizadas por los familiares de las víctimas. Esas escenas se reprodujeron ayer durante la lectura de. la sentencia. "No puedo ni respirar el mismo aire que él respira. Dejadme que lo descuartice con mis propias manos", gritó una asistente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_