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Cinco muertos en las carreteras de la región en el puente del Pilar

Cinco personas perdieron la vida en las carreteras de la Comunidad de Madrid durante el puente del Pilar. En Arganda del Rey (Madrid-Valencia), un accidente se saldó con un muerto, tres heridos graves y dos leves el pasado viernes.El domingo fue la jornada más sangrienta, con un resultado de cuatro fallecidos, uno de ellos en un accidente en Fuenlabrada (M-506); dos personas morían en la vía de circunvalación M-40 a las 14.20, y un cuarto automovilista falleció en la carretera comarcal 607 (Madrid-Colmenar Viejo) poco antes de la medianoche.

Ayer, lunes, día del regreso masivo a la ciudad, no hubo ningún accidente de gravedad hasta las primeras horas de la noche.

La seguridad en las carreteras de la región se ha visto menguada por las lluvias caídas en los tres días festivos. La Dirección General de Tráfico calcula que hasta un millón de vehículos se han desplazado en la Comunidad de Madrid.

Retenciones

El regreso a la capital fue ayer, muy lento y pesado. La circulación empezó ya a ser intensa poco después del mediodía en las entradas desde las carreteras de Valencia, Extremadura y La Coruña.Hacia las siete de la tarde, la carretera de Burgos (N-I) soportaba colas de 20 kilómetros a la altura de Lozoyuela y de 11 en San Agustín de Guadalix. La autovía de Madrid a Burgos sólo tiene un tramo por desdoblar, a la altura de Lozoyuela, de forma que el paso se convierte en un cuello de botella. La N-II (Madrid-Barcelona) registraba un atasco de siete kilómetros a su paso por San Fernando de Henares.

La autovía de La Coruña (N-VI) registraba problemas, al caer la tarde, entre los kilómetros 52 y 57, a causa del peaje de Guadarrama, así como ocurría en esta vía a la altura de El Encinar, en la provincia de Segovia. Otros puntos especialmente saturados eran la carretera de Andalucía (N-IV) a la altura de Getafe, con 13 kilómetros de retención; la M-501 (ruta de los Pantanos), donde la circulación era muy lenta en los municipios de Brunete y Pelayos de la Presa; y la carretera de Toledo (N-401), que al paso por el municipio de Fuenlabrada registraba unas colas de 12 kilómetros.

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Hacia las nueve de la noche, en los puntos citados, los coches ya estaban en movimiento, aunque la circulación de los vehículos era muy lenta -en todos las vías radiales-, en tramos que oscilaban entre los 20 kilómetros, como, sucedía en el paso de Lozoyuela en la carretera de Burgos, y los ocho kilómetros de Arganda del Rey en la carretera de Valencia (N-III).

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