Maastricht, la unión europea y el vaivén d ela economía

Los vaivenes y sobresaltos de la economía europea en estas últimas semanas son percibidos por un 45% de los españoles como un problema imprevisto, que pone en cuestión la posibilidad misma de llevar a la práctica el Tratado de Maastricht. Para un 24% constituyen, en cambio, un efecto transitorio, al que no hay que conceder demasiada importancia, de la firma de dicho tratado. El 31% restante no opina al respecto. Es decir, la idea predominante es que el establecimiento de la unión europea corre peligro. Ello parece reforzar más que debilitar, entre nuestra ciudadanía, la deseabilidad de la misma. En efecto, en comparación con el pasado mes de julio incluso aumenta (un 54% ahora frente a un 49% entonces) la proporción de españoles a quienes la idea de establecer la unión europea les parece buena o muy buena, mientras que no varía (un 12% ahora, un 13% entonces) la de quienes dicen que les parece mala o muy mala.Por otro lado, ocho de cada diez españoles piensan, ahora como hace tres meses, que los esfuerzos que nuestro país deberá hacer para integrarse en la unión europea habrán de ser grandes. Pero ahora como en julio uno, de cada dos estima que van a merecer la pena (mientras que sólo uno de cada seis opina lo contrario).

El predominio de la cuestión Maastricht en los distintos medios informativos durante las últimas semanas parece haber incrementado la sensación de nuestra ciudadanía de no saber lo bastante al respecto.

Dos de cada tres españoles (un 63%) estima que la ratificación del Tratado de Maastricht debería realizarse en nuestro país mediante referéndum, mientras que el 20% considera que la ratificación debería realizarla las Cortes. La preferencia por el referéndum alcanza niveles practicará ente idénticos en los distintos electorados: un 61% entre los votantes del PSOE, un 66% entre los del Partido Popular y un 65% entre los de Izquierda Unida.

En ese referéndum, el 47% de los encuestados dice que votaría a favor del tratado (55% entre los votantes del PSOE, 39% entre los del Partido Popular, y 47% entre los de Izquierda Unida); sólo el 15% dice que votaría en contra. La propensión al voto negativo es especialmente elevada entre los votantes del PP (24%).