Morir de sueño
La hipersomnia provoca accidentes laborales y hasta 1.00.0 muertes anuales al volante
Alfonso Agüera, de 36 años, se dormía en todas partes y en los momentos más inoportunos. Sus ronquidos mantuvieron en vela a su mujer durante tres años. Y a los vecinos también. "Me sentía siempre agotado y tenía que hacer un esfuerzo para mantenerme despierto", relata. Tras una larga peregrinación de especialistas, se identificó al culpable de su cansancio: el síndrome de apnea, sucesivas paradas respiratorias durante el sueño, seguidas del esfuerzo físico para permitir la entrada de oxígeno. Con el tiempo pueden desembocar en un fallo cardiorrespiratorio.
A veces la muerte se anticipa, ya que las crisis de sueño durante el día, lógica consecuencia de la falta de un descanso nocturno reparador, provocan también accidentes laborales y de tráfico. Alfonso Agüera conoce bien este problema: "Yo conduzco una furgoneta de reparto de pan y me tenía que parar cada poco para andar y mojarme la cabeza. Si no, me hubiera dormido".Apolinar Rodríguez Albariño, jefe del servicio de neurofisiología del hospital La Paz de Madrid, calcula que unos 1.000 españoles mueren en las carreteras cada año por dormirse al volante, cifra a la que hay que añadir los casos por accidente laboral. Además, las hipersomnias, alteraciones del sueño de origen diverso cuya característica principal es la necesidad indomable de dormir, inciden en el rendimiento de las personas. que las padecen y condicionan negativamente sus relaciones sociales y laborales.
La hipersomnia de consecuencias más graves es la que se vincula a los síndromes de apnea, es decir, interrupciones de la respiración que se producen durante el sueño. La enfermedad afecta en su mayoría a los hombres a partir de los 35 años, y en especial si son roncadores, con sobrepeso, cuello corto y el mentón hacia dentro.
A partir de los 60
No existen estudios epidemiológicos sobre su incidencia, pero los especialistas consultados estiman que cerca del 1% de los hombres españoles de todas las edades lo sufren, y entre los 30 y 50 años, hasta el 10%. A partir de los 60, cuando también afecta a las mujeres, el porcentaje alcanza al 40%.
Rodríguez Albariño explica que cuando los afectados se han dormido deja de entrar aire por la nariz y la boca: "El sujeto deja de respirar unos 20 segundos, luego pasa por un despertar relativo y respira un par de veces. Después vuelve a sufrir una parada". Estos episodios se suceden a los largo de toda la noche. Las paradas afectan al riego sanguíneo & todo el organismo, ya que se produce una bajada de hasta el 50% en la oxigenación de la sangre. Al principio, los enfermos dejan de aspirar oxígeno durante 10 y 20 segundos, pero con el tiempo las interrupciones se prolongan por encima de un minuto. El desenlace es la parada cardiorrespiratoria.
Además del sueño diurno acuciante y la insuficiencia cardiaca a largo plazo, los enfermos tienen dolor de cabeza por las mañanas, algunos se orinan en la cama, sufren depresiones y una disminución notable de la actividad sexual.
Los momentos de respiración normal tras las paradas se convierten en fuertes riánquidos, algunos "bestiales". A Ramón Ageo, arquitecto técnico de 35 años, llegaron a llamarle la atención en un hotel. "Se me oía de aquí a Roma", comenta.
El primer tratamiento consiste en usar todas las noches una especie de mascarilla por la que entra oxígeno a presión para mantener abiertas las vías respiratorias durante el sueño. "El cambio es como de la noche al día", dice Ramón, "porque el cuerpo descansa de verdad. Ahora vuelvo a tener una vida normal". Otra posibilidad es la cirugía en aquellos pacientes cuyo síndrome de apnea está relacionado con alteraciones anatómicas que dificultan la respiración (amígdalas y campanilla hipertróficas o desviación del tabique nasal).
El síndrome de las piernas inquietas
Existen otros trastornos del sueño, menos frecuentes, pero que condicionan la vida de los afectados. Por ejemplo, la catalepsia, un problema que puede desencadenar un susto o una risotada y que hace perder a sus afectados la fuerza muscular. "Caen redondos al suelo, se quedan como un trapo ", comenta Rodríguez Albariño. En el caso del denominado "síndrome de las piernas inquietas", las personas que lo sufren tienen sacudidas musculares durante el sueño, lo que resulta muy molesto para los que comparten cama con ellos.
Otro tipo de sueño imprevisible es la narcolepsia, consecuencia de alteraciones inmunológicas y factores bioquímicos. Afecta a personas de ambos sexos y suele aparecer durante la adolescencia. "El tratamiento es bastante desesperanzador, porque es a base de estimulantes del sistema nervioso, básicamente anfetaminas, lo que a la larga tiene más riesgos que beneficios", advierte el especialista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.