"Ni el alcalde ni Barranco tienen capacidad de diálogo"
Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) asegura que sólo uno de cada tres madrileños reconocería por la calle a Francisco Herrera. El portavoz municipal de IU, 41 años, soltero -aunque sólo en el DNI- y natural del foro, es, con diferencia, el político madrileño menos conocido.Pregunta. ¿Por qué 11 años en el Ayuntamiento le han granjeado tan escasa popularidad?
Respuesta. Es lógico. Mi amigo el sociólogo Carlos Malo dice que hacer una campaña electoral como cabeza de lista equivale a que te conozca un tercio del electorado. Yo he hecho una como cabeza de lista, y, por lo tanto, me conoce un tercio. Juan Barranco ha hecho tres y le conocen los tres tercios del electorado.
P.¿Acaso ha derrochado más energía pleiteando contra las torres de KIO que paseando por Orcasitas, por ejemplo?
R.Eso no es cierto. Yo voy mucho a los barrios. De hecho, antes del verano, al cumplirse el primer año de gestión del PP en Madrid, organizamos una campaña en los distritos. Lo que ocurre es que mi modelo político es como el de Fernández Ordéñez, es decir, trabajo y eficacia. No valgo para el populismo.
P. Pero, insisto, los asuntos que más le gustan, como Urbanismo y Hacienda, son los menos populares.
R. Si seguimos en los medios de comunicación la repercusión que tiene la actividad municipal de IU, yo tengo más presencia que el 80% de los cargos públicos de Madrid. Pero es una presencia en la letra pequeña, no en los titulares. Mi estrategia es trabajar por la consolidación política de IU, y eso sí está funcionando. Lo otro es cuestión de tiempo y de que encabece más campañas.
Titulares de prensa
P. Pero usted, como periodista, debería saber cómo que consigue un buen titular.
R. Yo he conseguido muchos buenos titulares. Pero en los míos se escribe: "Izquierda Unida dice ... ".
P. ¿Recuerda algún "buen titular"?
R. Me siento satisfecho de la repercusión que tuvo la iniciativa del referéndum informal sobre el tráfico o la de la estrategia contra las torres KIO, como emblema de la lucha contra la especulación inmobiliaria.
P. Hablaba antes de presentarse a nuevas elecciones. Ustedes, los renovadores de IU, copan los cargos públicos, pero están en minoría en los órganos políticos de la coalición en Madrid. ¿Esa situación puede impedir que encabece la próxima lista?
R. Eso no me preocupa. Primero, porque no detecto en la nueva dirección de IU de Madrid ningún componente de agresividad hacia la actuación del grupo municipal. Todo lo contrario. Las manifestaciones que he recibido es que valoran nuestro trabajo. Segundo, no soy un político profesional de por vida y tengo muy claro que aquello que empezó hace 11 años acabará.
P. Sin embargo, planteó una dura batalla cuando se lanzó la candidatura de Cristina Almeida en las pasadas elecciones.
R. , Porque me parecía de una lógica aplastante que una persona que hace bien un trabajo mereciera poder seguir haciéndolo. No es de recibo realizar operaciones oportunistas para sustituir a gente que lo hace bien.
P. ¿Cuántos concejales más hubiera conseguido Almeida?
R. No tengo ni idea. Creo que hubiese sacado seis. Los mismos que ha sacado IU.
P. ¿Y con Barranco y Álvarez del Manzano?
R. Con Barranco no ocurrió en absoluto. Sus primeros años como alcalde fueron terribles. Estaba la prepotencia del PSOE en su máximo esplendor. No existía capacidad de diálogo en absoluto. Y con Álvarez del Manzano, tampoco. Se arropa en los 30 concejales que le sostienen, aunque es una persona cortés que da buenas palabras. Pero en la práctica, cero. El objetivo del PP es que la oposición exista lo menos posible.
P. Yaliora IU y PSOE se evitan.
R. IU tiene su propia estrategia y su propias alternativas. No tenemos ningún inconveniente en desarrollar iniciativas conjuntas, pero competimos con el PSOE en la oposición frente al equipo de gobierno.
P. Usted tiene una espina clavada con el PSOE desde que gobernó en coalición en el primer mandato democrático.
R. Lo pasé muy mal porque estábamos en un gobierno PSOE-PCE en el que el PSOE determinaba lo que había que hacer en un 90%. Era un pacto su¡ generis. Luego, en la fase terminal de aquel gobierno, se produjo una escisión del PCE y el PSOE mantuvo la coalición con la parte escindida. Fue un acto de deslealtad hacia el socio con el que había gobernado desde 1979. Hubo que aguantar muchísimo desde el punto de vista personal. No tengo un buen recuerdo de aquella época.
P. Volvamos al presente. Usted propone hacer referendos. ¿Qué preguntaría ahora?
R. Ahora se está discutiendo el plan de vivienda del PP, que quiere crear ocho miniciudades en la periferia. Estamos hablando de qué modelo de ciudad queremos para el año 2000. Este asunto, como restringir el tráfico o los realojamientos, se pueden plantear al electorado.
P. También es un abanderado de la descentralización. ¿Ese modelo no engendraría reyezuelos.
R. Reyezuelos en la versión positiva y caciques en la más usual. El problema de una junta de distrito es que opera sobre una población de 200.000 personas, pero sin competencias, sin equipo y sin oposición. Tienen muchos problemas y poca capacidad de maniobra, por eso algunos concejales resuelven la contradicción actuando de manera caciquil. Las juntas deben ser un pequeño Ayuntamiento con recursos y elecciones directas.
P. ¿Qué puede imitar Madrid de otras ciudades?
R. La limpieza de las calles dé Amsterdam. o Múnich, la red de transporte público de Londres o la cultura del tráfico de Chicago.
P. ¿Cree que la gente es sincera cuando en una encuesta dice sí al cierre del centro al tráfico?
R. No creo que haya nadie tan estúpido como para admitir la situación de gran aparcamiento en la que se ha convertido esta ciudad. El coche destruye la ciudad. Lo lógico es que hubiera menos tráfico, y como el madrileño no tiene esa cultura hay que imponérsela mediante decisiones administrativas. Pero las restricciones han sido admitidas por un 63% de los vecinos.
P. Y una cantidad similar de madrileños quiere túneles.
R. Eso es contradictorio urbanísticamente, pero no en la práctica. Un ciudadano puede querer un paso para facilitar la salida a la carretera de La Coruña y al mismo tiempo pretender que no circule en el centro.
P. ¿Los concejales del PP se pelean mucho o es que todas sus riñas se hacen públicas?
R. Se pelean mucho y de forma grave. Yo he oído a Matanzo decir que en la gestión del área de Policía Municipal hay corrupción en algunos asuntos. Todo eso es la expresión de que dentro del PP no hay solidez política. Pero allá ellos. Paso de ese tema.
P. ¿Qué Madrid cree que está construyendo el PP?
R. Este gobierno va a dejar una ciudad muy deteriorada. El Ayuntamiento está en una crisis económica total. El caos del tráfico y la contaminación han ido a más, y la suciedad y la inseguridad siguen en aumento. Madrid, entre 1979 y 1985, pegó un salto adelante histórico; entre 1985 y 1989, con Barranco, la ciudad vivió de las rentas, y desde 1989 se deteriora más cada año.
P. Usted ya ha vivido varias escisiones en el PCE. ¿Teme que IU vaya por el mismo camino?
R. IU está en una situación muy difícil desde el punto de vista interno y se requieren unas dosis enormes de flexibilidad. El riesgo de escisión existe, aunque las cosas pueden solucionarse. IU está en una buena expectativa electoral y no es lo mismo discutir cuando las cosas van bien que cuando van mal.
P. ¿Qué votaría en un referéndum sobre Maastrichit?
R. Votaría probablemente que sí, porque la cultura política de la izquierda española es europeísta y porque IU me lo permite, ya que es una formación sin disciplina de voto. Es una lección aprendida del viejo PCE.
P. ¿Es partidario de acentuar la presencia de IU en detrimento del PCE?
R. Totalmente. El proyecto de IU debe acentuarse de forma potente, pero no en detrimento de nadie. IU es la izquierda española en la década de los noventa y representa todo lo que representó el PCE durante la lucha contra el franquismo.
P. Sin embargo, en su despacho tiene un retrato de Carlos Marx. ¿Lo mantiene por nostalgia o por convencimiento?
R. Yo me he formado intelectualmente en el marxismo y desde el punto de vista político soy un auténtico comunista, y lo sigo siendo y no hay ninguna razón para pedir perdón por ello. Ahí [en la pared, junto al cuadro de Marx, hay otro de James Dean] están mis dos polos de referencia: el político, situado en el pensamiento radical, y el cultural, abierto a los movimientos que se producen cada época.
"Si me presentara a más elecciones, me conoceria más gente"
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