Estuvimos a punto de...

Reflexionando con posterioridad a todo ese proceso que muchos de nosotros hemos vivido de cerca, y que otros han visto por pinceladas en los medios de comunicación, de ese proceso de asambleas y congresos de este último año (final del verano de 1991 al verano de 1992), reflexionando con un poco de calma podemos (supongo que muchos de uno y otro bando lo han hecho ya) darnos cuenta de lo que estuvimos a punto de hacer.El golpe de Estado de la URSS en agosto tuvo un efecto tan directo sobre las mentes cansadas de muchos buenos camaradas, que se lanzaron, ellos, con tal ímpetu a desdecirse, a justificarse, a tratar de esconderse o disfrazarse, y nos quedamos muchos de nosotros, tan perplejos, que a punto estuvimos todos de... irnos a la mierda (sin perdón).

La trampa, la ofensiva a que se nos ha sometido, que pretendía deshacer, diluir, desaparecer a las organizaciones con contenido ideológico, y que quería desvirtuar y desnaturalizar el sentido de la lucha política nueva-y-vieja, ha estado a punto de dejar a este país sin izquierda.

Confieso que se me erizan los pelos del cuerpo cuando pienso en ello. Porque algunos habría que lo hicieran, y lo hacen, de mala fe. Pero muchos de los que querían esa modificación- reformadora de IU seguro que creían que era un acierto. Y muchos de nosotros (yo me incluyo), que pensábamos lo contrario, no fuimos lo suficientemente beligerantes en la defensa de nuestras posiciones. Y lo triste es que, en todos los casos, éramos nosotros, era nuestra gente y no el-coco-que-viene-de-fuera, los que a punto estuvimos de cometer la gran tontería política.

Lo que ha quedado de este proceso no es una cosa maravillosa. Porque ha sobrevivido mucha confusión, algún cabreo y desánimo, y un exceso de incomprensión. Pero aun eso es mucho más que la nada. Y ha quedado mucho más en esa imperfección: sigue habiendo PCE, y sigue teniendo fuerza en sus propuestas. Tal vez todavía no todo lo "nuevo" que se teorizó, tal vez no todavía todo lo revolucionario que se necesita, pero vivo y presente.

Y sigue habiendo una IU que no va a ser sólo el referente de las cúpulas parlamentarias y televisivas. Una IU (con resacas internas todavía de las, asambleas) que ha mantenido intacto su compromiso transformador (aunque no haya desarrollado aún su potencial en ese sentido).

Y han quedado en pie, pues, unos instrumentos útiles para todas las personas que no se dejan deslumbrar por la instantánea o la moda de última hora, que no se conforman con el capitalismo depredador, que no acomodan sus ideas al desorden establecido,

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para que esas personas, que son muchas, los utilicen en beneficio de la transformación social.-

miembro del Comité Central del Partido Comunista de Andalucía.