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Boda imperial

Carlos de Habsburgo, nieto del último emperador del Imperio Austrohúngaro, pidió permiso a su padre, Otto de Habsburgo, antes de anunciar su compromiso con Francesca von Thyssen-Bornemisza, hija del famoso magnate y mecenas de ese apellido. "Consulté a mi padre como hago siempre cuando tengo que tomar una decisión importante, ya sea a la hora de aceptar la presidencia [de la sección austriaca] de la Unión Paneuropea o la moderación del programa concurso [de la televisión austriaca] ¿Quién es quién?", declaró Carlos, de 31 años, al diario vienés Krone en su edición del sábado.La prometida de Carlos, de 34 años, es hija del industrial suizo Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, famoso por la colección de pinturas que lleva su nombre, y de su tercera esposa, la escocesa Fiona. A Francesca se le han atribuido en algunos medios romances con el actor Michael Douglas; con Wolf Sachs, hijo de un famoso industrial, y con el coreógrafo Wayne Lagling, pero Carlos no da importancia a esos rumores. La futura esposa del heredero teórico del trono de Austria, país que es una república desde el final de la I Guerra Mundial, conversa con Carlos en inglés, ya que tiene doble nacionalidad, suiza y húngara, pero no habla alemán, aunque se ha propuesto aprenderlo.

Ambos se conocieron en Zagreb, capital de Croacia, el pasado octubre. Francesca, que ha estudiado historia del arte y dirige en Lugano (Suiza) la Fundación Arch, dedicada a salvar el acervo cultural del este de Europa, había acudido allí para interesarse por la suerte de los tesoros artísticos amenazados por las bombas.

Francesca pidió entonces al ministro de Cultura croata la convocatoria en Zagreb de tina conferencia internacional de expertos para tratar sobre esa herencia cultural en peligro, lo que a Carlos le pareció una locura, ya que se trata de un país en guerra. "Sin embargo, me equivoqué. Al cabo de pocas semanas se reunieron en la capital croata, en parte bajo protección militar, 80 expertos en arte de distintos países del mundo", recuerda Carlos de Habsburgo, quien se confiesa fascinado por el entusiasmo con que Francesca intentó convertir su sueño en realidad.

Carlos y Francesca proyectan casarse a comienzos del próximo año, seguramente en Mariazell, pintoresca localidad de Estiria (Austria) donde hay una famosa capilla que es desde hace siglos un importante centro de peregrinaciones, y quieren vivir luego en Salzburgo. Sobre sus planes, Carlos de Habsburgo dice que confía en que Austria entre pronto en la Comunidad Europea para poder ser eurodiputado conservador como su padre, Otto, que lo es por la Unión Socialdemócrata de Baviera.

Mientras tanto, su prometida estará ocupada hasta el día de la boda: en noviembre dirigirá un curso para jóvenes restauradores en Zagreb y supervisará el saneamiento de una iglesia serbia ortodoxa cerca de Budapest, a la vez que se ocupará de otros proyectos culturales en Kosovo y Macedonia. Carlos presentará oficialmente a su prometida en noviembre, con motivo del 80º cumpleaños de su padre en el palacio imperial de Innsbruck.-

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