Vigilia de la irracionalidad
Últimamente estamos leyendo con demasiada frecuencia, en las secciones de sucesos, noticias sobre incidencias muy desgraciadas en el trato de niños en los que está involucrada una madre disminuida mental. Y me hace pensar cuántos casos similares habrá en los que sin llegar a esos extremos se trasluce un sombrío panorama para esos niños, a no ser que los abuelos puedan remediar algo el tema. Creo que ya va siendo hora de que vaya calando en nuestras mentes que en una sociedad como la nuestra los niños tienen que tener el derecho a unos padres adecuados que les den un trato y una educación que, al menos, sobrepase un mínimo determinado.Y que este derecho de los hijos, a veces, entra en choque frontal con el derecho de los seres adultos a la paternidad. Y es la sociedad la que debe regular este conflicto de derechos, fomentando una infancia lo más feliz y equilibrada posible, lo que a su vez será el motor de una sociedad futura más feliz.
La protección de los menores debería empezar en un futuro, en el mismo inicio del tema, adelantándose y previendo los problemas y no limitándose, y no siempre, a intentar resolverlos, cuando ya tienen difícil solución. Noto en la parte progresista de la sociedad una claudicación absoluta en la tarea de poner el máximo posible de sentido común en nuestra sociedad. Y no se me escapa que esto proviene de un miedo general a provocar polémicas sociales, denunciando el oscurantismo ideológico que nos impone un sector de la sociedad en temas como éste, y en otros, apelando a miedos irracionales sobre hipotéticos abusos que se podrían producir en el futuro.
Pero no olvidemos que esta paz social la pagan muchos inocentes con mucha desgracia, infelicidad y una vida marcada para siempre, y a lo peor el día de mañana nos los topamos nosotros o nuestros hijos una noche en un callejón oscuro.
Es verdad que el sueño de la razón produce monstruos imaginarios, pero la vigilia de la irracionalidad produce mucho dolor y mucha desgracia, éstos muy reales, en seres inocentes.-
