_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La contundencia rojiblanca, las dudas alzulgrana

El partido de hoy presenta dos estilos enfrentados.Al Atlético le define su contundencia, es decir su notable capacidad para resolver con eficacia en las dos áreas.

El Barcelona seduce sobre todo por la envolvente belleza de sus toques. Si la pelota es nuestra, parecen decir sus jugadores, los que corren y se cansan son los adversarios.

El Atlético se apoya en el talento desbordante de Schuster, el vértigo punzante de Futre, el criterio colectivo de Vizcaíno, los goles inapelables de Luis García y Manolo, ausente esta noche, y la seguridad de una defensa en zona y que, además, tira el fuera de juego con oportunismo.

Al Barcelona lo visten de gala la jerarquía de Koeman, el ordenado atrevimiento de Guardiola, el trabajo polifuncional de Amor, la imaginación de Laudrup, la sabiduría de Begiristain y los goles de Stoichkov y Bakero.

El Atlético elige la presión, la zona y el fuera de juego para recuperar el balón. Juega con cinco en el fondo que se reducen a tres cuando ataca porque usa la moda de los carrileros, veloces y profundos.

El Barcelona es más variable y se defiende según los rivales, aunque prefiere la disputa personal de las marcas al hombre. Contra equipos que le atacan poco marca con dos y Koeman de libre para corregir los errores. Cuando la cosa parece más seria, recurre a tres perseguidores en el fondo y hasta es capaz de distraer a algún volante en esas ingratas tareas.

El dibujo táctico del Atlético es previsible y convencional mientras que el Barcelona apuesta, más allá de las precauciones ocasionales, por la ocurrencia del talento y con el acento puesto en la asombrosa inspiración de Laudrup.

El Atlético no distrae demasiado tiempo en el medio campo, salvo cuando no encuentra espacios para las flechas que dispara por las bandas y debe utilizar la pausa sabia de Schuster más de lo que desea.

El Barcelona, en cambio, fabrica un rondo con Guardiola de pivote y dispone de una paciencia infinita hasta el penúltimo toque de distinción para alterar el orden de los contrarios.

Pero el fútbol también está hecho de momentos. Ahora el Atlético es el equipo más en forma de la Liga y el Barcelona no parece encontrarse a gusto: resuelve sus compromisos sin tanto lujo y con más apremios de los aconsejados.

Por eso supongo que quizá ambos alteren sus características habituales en este partido.

Me parece que el Atlético presionará al campeón más delante de lo acostumbrado para interrumpir la sutileza de sus toques y ponerlo contra las cuerdas. En otras palabras, abandonará el contragolpe hasta que el resultado le favorezca.

También sospecho que el Barcelona se dejará llevar por la tentación de la sensatez. Será más prudente y tratará esta vez, sin que sirva de precedente, de contragolpear con la inteligencia de Laudrup y la velocidad de Stoichkov.

Pero nunca hay que creer del todo ni en los pronósticos del tiempo ni en las presunciones tácticas. Menos aún si los que juegan son dos de los mejores equipos de España y se reúnen tantos jugadores excepcionales.

Cualquier análisis previo, por más fundamentos que tenga, no pasa de ser una sospecha sin pruebas.

Si alguien escribe la obra prevista, no ha escrito nada, dicen los buenos escritores. Un partido de fútbol siempre trasciende lo imaginado y, en ese sentido, yo confío mucho más en la capacidad de los jugadores para modificar las situaciones previstas que en las pizarras. La táctica no es más que el punto de partida.

Ángel Cappa es el segundo entrenador del Tenerife.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_