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El nuevo plan de accesos prevé una autopista de peaje Madrid-Guadalajara

Javier Casqueiro

El nuevo plan de accesos a Madrid, presentado ayer oficialmente, dibuja una línea que servirá de variante a la actual carretera de Barcelona y que las administraciones pretenden convertir en una autopista de peaje entre la capital de España y Guadalajara. El documento, que incluye la construcción antes del año 2000 de 116 kilómetros de la M-50 como tercera autovía de circunvalación -pero con forma de herradura-, precisa para ser ejecutado una inversión que se calcula ahora en 190.000 millones. Estas obras y tres desdoblamientos, cinco ejes metropolitanos y medía docena de plataformas para autocares y vehículos de máxima ocupación se empezarán a hacer como muy pronto en 1994, después de las próximas elecciones generales.

El actual plan de accesos a Madrid, aunque finaliza en 1993, está de hecho agotado. Los flecos se incluyen en el nuevo, que empezó ayer su camino a la espera de ser desarrollado en un macroconvenio que se firmará el próximo año y que empezará a plasmarse en 1994. Los técnicos del Ministerio de Obras Públicas y de la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid han trabajado un año para desarrollar las ideas y proyectos que necesitará la re gión en infraestructuras viarias en un próximo futuro. Los plazos han sido marcados hasta el año 2007. Las administraciones consideran una prioridad "de rango estratégico" la realización de la M-50 antes del año 2000. Esta carretera no será un anillo -ha sido concebida en forma de herradura-, pero sí autovía en todos sus tramos. El ministerio no tenía estos planes, pero ha cambiado de opinión ante el requerimiento de la Comunidad. La M-50, proyectada, por tanto, como un distribuidor exterior transversal, discurrirá durante unos 116 kilómetros con unos radios que la alejan del centro de la ciudad entre 15 y 20 kilómetros. La vía se ha pensado para conectar áreas estratégicas (ciudad aeroportuaria, Operación Campamento, centros de transporte de Coslada y Getafe), canalizar el creciente tráfico entre poblaciones periféricas (fundamentalmente en el sur) y apoyar la política de descentralización de Madrid. El distribuidor tendrá zonas con muy diferente intensidad de tráfico. Los técnicos calculan que dará servicio, según los tramos, a una cantidad de vehículos entre 25.000 y 80.000. La Comunidad y el Ministerio de Obras Públicas también han mantenido criterios dispares sobre la proximidad o lejanía ideal de la M-50 con respecto al centro. No ha habido un vencedor. La M-50 partirá por el noroeste cerca del parque tecnológico de Las Rozas, donde la Comunidad de Madrid ya tiene casi terminados en el eje Pinar tres kilómetros que servirán en breve como alternativa de entrada a la carretera de La Coruña. El distribuidor bajará hacia el área terciaria de Alcorcón, pasará por el eje construido también por la Comunidad en Arroyo Culebro (siete kilómetros) y subirá al norte por el parque de San Fernando y los polígonos de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. La carretera terminará en la autovía de Colmenar (M-607). Monte del Pardo El plan evita abrochar la vía por el norte, donde coincidiría con el monte de El Pardo. Julián Revenga, consejero de Transportes, y Francisco Fernández Lafuente, director general de planificación para las grandes ciudades del ministerio, argumentaron que los flujos de tráfico en esta zona pueden ser canalizados con el futuro cierre de la M-40. Revenga habló también de preservar el 1 mar de arbustos de la cuenca del Manzanares". El convenio desarrolla, además de la M-50, tres vías radiales de entrada que desdoblarán algunas de las carreteras nacionales existentes, las más transitadas. La primera será la autopista de Guadalajara. El trazado de esta vía será paralelo al de la N-II y dará servicio a la futura ciudad aeroportuaria. Además aliviará la autovía de Barcelona de los desplazamientos interurbanos del Corredor del Henares. La recesión económica y los ajustes presupuestarios han obligado al Ministerio de Transportes a buscar nuevas vías de financiación para hacer obras, y una de las más novedosas, los peajes para acceder a las carreteras, puede ponerse en práctica en esta variante. Revenga entiende que una autopista de pago con Guadalajara tiene sentido por el tráfico que soporta la N-II, y porque, en este caso, existe un buen itinerario alternativo.

Rangos y prioridades

Las Directrices (planes) de Planeamiento en la Red de Carreteras de la Región Metropolitana de Madrid, confeccionadas por el Ministerio de Obras Públicas y la Comunidad de Madrid, tienen sus rangos y prioridades. Lo más inmediato es la M-50.Además, hay tres entradas radiales y estratégicas. Una, la autopista de Guadalajara, deberá acabarse también antes del año 2000:

-Variante de la N-IV. Una parte de este desdoblamiento ya está hecho y ha dejado la antigua carretera de Andalucía para uso urbano. El documento plantea prolongar la variante entre el acceso al nudo supersur (M-40) y la M-50 en un tramo que cumple importantes funciones de conexión entre áreas industriales.

-Eje del suroeste. Esta carretera partirá de la M-40 a mitad de camino entre la N-V (Extremadura) y la N-401 (Toledo) y llegará hasta la M-50, lo que podría convertirla en variante de ambas. El objetivo es ordenar el poblado sur de la región.

-Plataformas exclusivas de autobús. Esta opción, ahora mismo en marcha en la ampliación de la N-VI (La Coruña), se quiere extender a la N-I (Burgos), N-III (Barcelona), N-IV (Andalucía), N-401 (Toledo) y N-V (Extremadura). Además se montará la calzada BUS/VAO (vehículos de alta ocupación) en los primeros kilómetros de las nuevas variantes. Estos reservados intentarán garantizar que se haga más rentable el viaje para los usuarios del transporte colectivo de superficie (autocares), sobre todo en hora punta.

Un segundo grupo de actuaciones, consideradas de rango metropolitano, s e preocupa de los movimientos de media distancia y de ámbito interior.

-Eje del aeropuerto. Esta carretera complementará en sentido norte-sur los accesos al aeropuerto y a la futura ciudad aeroportuaria y se prolongará hasta conectar con el Centro de Transportes de Coslada.

-Eje del este. Discurrirá al sur del Corredor del Henares entre Alcalá y la conexión de O'Donnell con la M-40. Esta prolongación desde la M-30 a la altura de La Elipa está pendiente del actual plan de accesos, tendrá también plataforma reservada para autocares y servirá de variante a la N-II.

-Variante de la N-V en Campamento. Esta carretera pretende potenciar la operación urbanística de Campamento.

-Eje Pinar. Está actualmente en construcción y configura una variante a la N-VI por el sur.

-Eje transversal noreste. Esta vía conectará Alcalá de Henares con la N-I y articulará los crecimientos futuros de la zona.

En el documento también hay prevista alguna actuación en la red secundaria: desdoblamientos de la carretera de El Goloso a Alcobendas y de la de Boadilla, entre Montepríncipe y Arroyo Merques; ronda sur de Alcalá de Henares, y eje oeste entre Majadahonda y los Escoriales.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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