Liliana, una nueva pesadilla para la Mafia
La juez Ferraro hereda el cargo de su predecesor, el asesinado Giovanni Falcone
La primera sorprendida del revuelo montado en torno a su nombramiento ha sido ella. Porque su acceso a la Dirección General de Asuntos Penales del Ministerio de Gracia y Justicia italiano ha ido acompañado de un redoble de tambores y una expectación poco propios para quien lleva 22 años en la magistratura -desde que tenía 26- y ha sido el número dos del ya mítico Giovanni Falcone, a quien sucede en el cargo. Pero es la primera vez que el puesto es ocupado por una mujer, y en Italia esta circunstancia sigue siendo noticia.Liliana Ferraro, salernitana, nombrada en el Consejo de Ministros del pasado 13 de agosto, se ocupaba ya de las tareas de Falcone desde el día del asesinato de éste junto a su mujer, también juez, y tres miembros de la escolta. Con él colaboró primero a distancia, desde Roma, cuando Falcone estaba en Sicilia, y luego aquí, donde fue nombrada jefa de su secretaría al acceder aquél a la Dirección General de Asuntos Penales.
Ferraro tenía cantado que accedería al puesto más delicado y prestigioso del ministerio. Ahora se ha encargado de dejar claro que, tras el paso de Falcone, el cargo es, además, "el honor más enorme e inmenso para un juez". Lo mismo que, recordando a Paolo Borsellino, también asesinado por la Mafia, a Falcone y al jefe espiritual y jurídico de todos ellos, Antonino Caponnetto -el juez jubilado que, llorando en el funeral de Borsellino, dijo: "Esto es el fin", aunque al día siguiente volvió sobre sus palabras-, ha afirmado estar decidida a continuar el diseño antimafia de todos ellos. "Pretendo llevarlo adelante con firmeza, esperando tener tiempo y consenso".
Liliana Ferraró tiene fama de poseer grandes dotes organizativas y profesionales y una extraordinaria capacidad de trabajo. Por eso lo que espera es disponer de "tiempo y consenso", porque recuerda que, en los casos de Falcone y Borsellino, "las intuiciones felices que tuvieron les llevaron, desgraciadamente, a combatir la criminalidad mafiosa hasta el extremo sacrificio".
La nueva directora general de Asuntos Penales pasó por los tribunales de Nápoles y Lodi. Fue jefa del Departamento de Bienes de Equipo del ministerio, dónde se ocupó desde de buscar cristales antibalas para el aula del primer maxiproceso contra la Cosa Nostra hasta de los blindajes de los coches de los magistrados y las necesidades derivadas de su seguridad.
En los últimos tiempos, Liliana Ferraro ha estado siguiendo la pista de la infiltración mafiosa en Alemania, desde donde parece que pudiera haber llegado la muerte para los jueces Falcone y Borsellino. Cree firmemente que hay algunos filones de investigación que pintan una relación entre la Cosa Nostra siciliana y organizaciones criminales de otros puntos de Europa, y que esos Filones podrían ayudar a entender qué pasó tanto con Borsellino como con el enemigo número uno de la Piovra, al que ahora Ferraro sustituye.
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