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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El problema de Gibraltar

He esperado a que se publiquen las cartas-respuesta al artículo del profesor Mosterín sobre Gibraltar. A la vista de ellas, las opiniones publicadas, incluida la del autor del artículo, me parecen incompletas. Entiendo, aunque puedo errar, que en el problema de Gibraltar subyacen tres subproblemas bien distintos:1. El territorio de la ciudad de Gibraltar. Me resulta difícil de aceptar que existan derechos de soberanía permanentes que, en el mejor de los casos, pueden ser una creación jurídica legífima,". pero no inapelable. Es la historia

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la que va otorgando derechos, los consolida, o los erosiona en. su caso. El pueblo de Gibraltar, aunque no sea autóctono, lleva ya demasiados años viviendo y administrando ese territorio para que se le pueda negar su plena autonomía dentro de una ubicación claramente delimitada.

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De ahí a reconocerle la soberanía sobre el territorio de la ciudad no media más que un paso.

2. El puerto y el aeropuerto. Son en realidad problemas diferentes, pero pueden englobarse, de momento, en uno solo. Su enfoque podría ser éste: el pueblo de Gibraltar, el antecesor directo del de hoy, no existía antes de la ocupación inglesa. Por tanto, la colonización no pudo suponer la expropiación de derechos portuarios a los habitantes que, en caso contrario, habría que devolver al descólonizar. Por el contrario, fue un pueblo alóctono el que, poco a poco al irse introduciendo, adquirió derechos al uso del puerto, que siempre estuvo administrado por los británicos. Reconocer la soberanía del pueblo de Gibraltar sobre el puerto carecería de la menor base jurídica. Sin embargo, negarle derecho a usar el puerto al descolonizar sería totalmente ilegítimo. Lo mismo podría decirse del aeropuerto, con la diferencia nada baladí del origen antijurídico del suelo que ocupa, lo que habría de tenerse en cuenta en una supuesta descolonización.

3. El espacio ocupado por las instalaciones militares de la Roca. Nada puede alegar el pueblo de Gibraltar para fundamentar derecho alguno sobre los espacios estratégicos de carácter militar sitos en las inmediaciones de la ciudad, y en nada debe influir para alcanzar su deseable autonomía.

No distinguir esos tres problemas y poner tras ello la voluntad del pueblo de Gibraltar como condición inexcusable para descolonizar es una cortina de humo que impide ver una solución humana, razonable y posible. En todo caso, hace falta explicar primero, y con detalle, en qué consiste un proyecto concreto de descolonizar la Roca para poderlo juzgar-

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