Desmayos y nervios en la misa de funeral por los fallecidos
Desmayos y ataques de nervios de familiares de las víctimas del accidente de Torreblanca caracterizaron ayer, en el cementerio de Castellón, una misa de campaña concelebrada por el obispo de Segorbe-Castellón, Josep Marla Cases, y el arzobispo de Barcelona, Ricard Carles, junto con seis sacerdotes más, ante más de un centenar de personas. Al funeral asistieron, también, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol; el presidente en funciones de la Generalitat Valenciana, Antoni escarré; el presidente del PP, José María Aznar, que pasa sus vacaciones en Bernicássim; el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Francisco Granados, y el alcalde de Castellón, José Luis Gimeno. El obispo Josep María Cases intentó consolar a los presentes y señaló que la misa no podía haberse realizado sin la presencia de la Iglesia de Barcelona. Durante la celebración, se rezó una plegaria para que las autoridades velen por la seguridad del tráfico.A lo largo de la tarde, los servicios de Cruz Roja y Protección Civil tuvieron que asistir a varias personas a consecuencia de desmayos o de ataques de nervios.
Pujol reiteró que no bastaba con que la Generalitat catalana atendiese a los familiares de las víctimas. Por eso suspendió sus vacaciones en los Pirineos y se trasladó en helicóptero a Castellón para estar presente en el funeral.
El delegado del Gobierno en Valencia, Francisco Granados, dijo tras la misa que el atestado realizado por la Guardia Civil está ya en el juzgado para que el juez responsable inicie las diligencias. Granados, a preguntas de este diario criticó que las penas por imprudencia temeraria no sean superiores a seis meses de arresto y dos años de privación del carné de conducir. Granados señaló que "en España, los jueces no aplican con dureza las posibilidades que les permite el Código Penal para este tipo de actos, ya que existe la posibilidad de retirar el carné de conducir hasta por un periodo de 10 años y nunca se retira por más de dos años".
Traslado de cadáveres
Los familiares de las víctimas esperaban ayer, una vez finalizada la misa, el permiso para poder trasladar los cadáveres a sus localidades de origen. A primera hora de la noche el juez autorizó la salida de los 10 primeros cadáveres hacia sus ciudades de origen. El destino de cada uno de ellos fue negociado directamente por lo que anoche resultaba difícil precisar los lugares a donde estaban siendo trasladados.
Por otra parte, a última hora de ayer no se había podido precisar la compañía aseguradora del autobús siniestrado. Los familiares de las víctimas, informó la agencia Servimedia, cobrarán entre 5,7 y 10,3 millones de pesetas de indemnización. Las cuantías, que dependen de la edad de la víctima, están reguladas en una orden ministerial de 1991.
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