Una operación de 650 millones de pesetas
Las 96 familias que hasta el miércoles vivían en la Cruz del Cura, Ricote y Aster quedarán realejadas entre ayer y hoy en sus nuevas casas. La mayoría -83- pasa a vivir al campamento de la Quinta. Las otras 13 serán trasladadas a viviendas de altura distribuidas por diferentes barrios de la ciudad. Seis familias chabolistas ¡legales, lo que quiere decir que no están censadas por el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada, verán derribar sus casetas a cambio de nada.El coste de la construcción del nuevo campamento de 83 vivendas de la Quinta ha alcanzado los 650 millones de pesetas, aportados por la Junta de Compensación de Arroyo del Fresno, que edificará viviendas de venta libre y en cooperativa en los terrenos ocupados hasta ahora por estos chabolistas. Una junta de compensación es una asociación de propietarios que consigue urbanizar unos terrenos a cambio de pagar operaciones administrativas como la de ayer.
Una historia negra
De los tres enclaves chabolistas, el más conflictivo ha sido el de la Cruz del Cura, situado detrás de la clínica Ruber Internacional, cerca de los chalés de lujo de Mirasierra. También es el más poblado, con 70 familias -las 64 realojadas y 6 ilegales- frente a las 32 de Ricote y Aster.
Su desaparición deja atrás una historia negra vinculada al tráfico de drogas. En mayo, la policía capturó en este asentamiento a 30 personas relacionadas con el mercadeo de sustancias estupefacientes. En abril, la cifra superó las 40.
El último arresto se produjo el pasado 25 de junio. Cipriana Fernández, de 60 años, y otras cuatro mujeres fueron detenidas por ocultar en las cuadras medio kilo de heroína, un millón y medio de pesetas y dos pistolas.
Hasta el momento, el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada ha trasladado a viviendas al 50% de las 2.670 familias chabolistas contabilizadas en 1986. El programa, marcado va a un ritmo lento.
El rechazo vecinal en Villaverde durante el otoño, cuando se edificaba el campamento de Los Molinos, y la falta de acuerdo del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid provocaron un importante parón. Este año está previsto concluir otros dos nuevos asentamientos: el de La Celsa (Puente de Vallecas) y el de La Rosilla (Vallecas Villa), donde viven ya 37 familias de los poblados de Pies Negros y Altamira.
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