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Los ferrocarriles se convierten en la mayor sociedad anónima italiana, con más de tres billones de capital

Los Ferrocarriles del Estado italiano se convirtieron ayer en sociedad anónima, tras la luz verde dada la noche anterior por el Comité Interministerial para la Programación Económica.La nueva sociedad, que quedará, pese a la privatización, en manos públicas en su totalidad, se plantea como objetivos inmediatos el incremento de la productividad, la reducción de costes y la mejora de la calidad del servicio.

La operación deja una empresa con un capital social superior a los tres billones y medio de pesetas y un patrimonio neto de seis billones. Esta sociedad, que estará desde 1993 en manos del Ministerio de Hacienda y controlada también por los de Presupuesto y Transportes, prevé a no muy largo plazo la reducción de 50.000 puestos de trabajo de los casi 171.000 existentes, entre jubilaciones previas (25.000), reconversiones y expedientes de regulación de empleo (15.000) y bloqueo del sistema de turnos (13.000).

La nueva empresa de ferrocarriles, que se convierte en la mayor sociedad anónima italiana, gestionará tres áreas principales: la comercial, con 6.000 kilómetros de red, que se pretende que ofrezca márgenes operativos netos a partir de 1996; la de servicio público, 10.000 kilómetros de red; y una tercera de diversificaciones, en la que se incluye todo el patrimonio inmobiliario de lo que hasta ahora era el Ente Ferrovie dello Stato (FS) y actividades varias.

Los Ferrocarriles del Estado se convierten en sociedad anónima después de que hubieran recorrido el mismo camino otros grandes entes públicos, como el IRI (Instituto para la Reforma Industrial, el INI italiano), el ENI (Ente Nacional de Hidrocarburos), el ENEL (Ente Nacional de Energía Eléctrica) y el INA (Instituto Nacional de Seguros), dentro de la gran maniobra económica del Gobierno Amato para sanear las cuentas del Estado.

Con la privatización de los trenes se pretende también, según han expresado los responsables de la empresa, mejorar el servicio. El administrador extraordinario de la nueva sociedad anónima, Lorenzo Necci, que se convertirá con toda probabilidad en presidente de la misma, no ha tenido problemas en afirmar: "Hasta hoy el cliente era el úlitmo de nuestros pensamientos".

"Nuetro objetivo era perseguir al Estado para que nos pagara las cuentas de las líneas con déficit. Ahora esto tendrá que acabarse, incluso porque las normas de la CE imponen el final de las subvenciones públicas. Tendremos que convertirnos en una empresa de transportes con el objetivo de robar cuotas de mercado al coche y al avión. Pero para ello el cliente y la calidad del producto ofrecido tendrán que tener un puesto central en nuestra estrategia", recalcó.

No obstante, Necci ha dicho también: "El Gobierno tendrá que seguir cubriendo los costes de las líneas que quiera mantener abiertas por motivos sociales".

Tanto el administrador extraordinario como el ministro de Transportes han asegurado que los ferrocarriles deberán acometer proyectos diriciles, como la alta velocidad y la apertura de nuevas líneas.

La sociedad anónima de los trenes italianos sustituye al ente creado en 1985, cuya vida estuvo marcada por el escándalo de las sábanas de oro, concesión fraudulenta del material de aprovisionamiento de los ferrocarriles mediante el pago de comisiones y sin sacarlo a concurso. Este escándalo condujo a la dimisión del Consejo de Administración y de su presidente, Ludovico Ligato, quien, en el verano de 1989, fue asesinado a tiros.

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