"El fondo de cohesion debe ser lo más pequeño posible"
Jürgen B. Donges desgrana sus afirmaciones en un castellano impecable. A pesar de su nombre y su cargo, Donges mantiene una estrecha relación con España, donde residió largos años. Desde la altura del Consejo Alemán de Asesores Económicos -los cinco sabios que asesoran al gobierno alemán-, Donges observa atentamente la evolución económica española. En declaraciones a EL PAÍS, el economista alemán reflexiona sobre el papel de Alemania en la economía europea.
Pregunta. ¿Cómo se ve desde Alemania la lucha actual del Gobierno español por conseguir un aumento significativo de los fondos de cohesión?
Respuesta. Yo haré todo lo que pueda para que el fondo de cohesión sea lo más pequeño posible. Ésa es también la opinión de la mayoría de economistas en Alemania. Hay que advertir de esto para que no se piense que si se dotan muy bien los fondos de cohesión, algún gobierno piense que no hay que apretarse tanto el cinturón, que ya vienen los paliativos de fuera. Esto no es bueno para Europa. Los problemas de la economía española hay que resolverlos aquí. Lo otro tiene que venir de añadido.
P. ¿Cómo juzga entonces las medidas de ajuste que el Gobierno español adoptó la semana pasada?
R. No muy positivamente. Está claro que el Gobierno tenía que hacer algo con el déficit público, pero yo hubiese preferido ver un programa a medio plazo, que atacase el problema del déficit más por el lado de los gastos que por el de los impuestos. Y por el lado de los gastos que no recortase la partida destinada a inversión en infraestructuras. Y prestar también atención al gasto de ayuntamientos y comunidades autónomas. Todo esto falta. Y tampoco es bueno para despejar incertidumbres decir que esto han sido unas primeras medidas y que luego vendrán otras. Esto da la sensación de que se lleva una política ad hoc, que hoy se hace esto y mañana lo otro.
P. ¿Pero hasta que punto la actual situación económica internacional es responsable de la mala coyuntura española?
R. Es cierto que la economía española está muy integrada en la Comunidad Europea y por tanto sufre en mayor grado la influencia internacional. Ahora bien, no es menos cierto que desde hace años se viene anunciando el problema de déficit que finalmente ha llegado. El Gobierno no ha cumplido el límite de gasto que se había autoimpuesto, no ha aprovechado los buenos años, en los que los ingresos fueron superiores a lo previsto, para controlar el gasto, sino todo lo contrario. El Gobierno no ha evitado todos los errores que debía haber evitado.
P. ¿Qué efecto va a tener en Alemania la reciente subida de la tasa de descuento por parte del Bundesbank?
R. No creo que los efectos sean muy dramáticos, por el simple hecho de que el tipo de interés en el mercado a corto es superior a la tasa de descuento. La intención del Bundesbank fue más que nada advertir, tanto al sector público como a los sindicatos, que no está dispuesto a financiar excesos de gasto público o de aumentos salariales. El trasfondo es que el crecimiento de los agregados monetarios en Alemania ha escapado al control del Bundesbank y esto podría generar expectativas inflacionarias que hay que evitar.
P. ¿Y en el resto de países de la CE?
R. Tampoco serán dramáticos. Parece que con la subida de la tasa de descuento la,política monetaria se hace más restrictiva, pero de hecho no es así. En la CE debe haber un interés en que Alemania no genere inflación, porque esto repercutiría en todos los países y obligaría, a la postre, a adoptar una política monetaria restrictiva coordinada, que sí produciría una recesión económica importante.
P. Esta decisión del Bundesbank viene a probar su afamada independencia respecto al Gobierno alemán en un momento en el que se discute en España una reforma de los estatutos del banco emisor. ¿Es posible trasladar este modelo a otros países?
R. La independencia del Bundesbank, o de cualquier banco emisor, hay que fundamentarla por vía legislativa. Hay que decir en la ley que el banco es independiente del Gobierno. Eso es lo que hicimos en Alemania en 1957. Eso se puede hacer en España ya. Pero una vez hecha la ley, hay que tener suerte con las personalidades que estén al frente del banco, en el sentido de que se tomen la ley al pie de la letra. Un gobierno puede nombrar un gobernador del Banco de España y resultar que éste no se toma en serio el mandato de la ley y la estabilidad monetaria y realiza una política monetaria permisiva. En Alemania, el gobernador y todo el directorio del Bundesbank se han tomado en serio esta tarea. En la reunión en la que se decidió la última subida, estaba presente el ministro de Economía alemán luchando para que no se aumentase el tipo de interés. A pesar de todo se tomó la decisión porque el banco consideraba que su objetivo, según la ley, es velar por la estabilidad monetaria.
Banco europeo
P. ¿Y que pasará con el futuro banco central europeo?
R. Habrá que ver hasta que punto los miembros del directorio de este banco se toman en serio lo que estipulan sus estatutos. Yo pienso que la unión monetaria será a distintas velocidades. Los países del grupo de partida, Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, posiblemente España, pero eso no lo sé, han invertido mucho en la lucha contra la inflación en los últimos años y es concebible que sus representantes estén a favor de la estabilidad económica y realicen políticas monetarias como la que viene aplicando el Bundesbank. Pero también es posible lo contrario, que al decidirse más democráticamente sobre la política monetaria, no como ahora, que el Bundesbank impone su criterio en el Sistema Monetario Europeo, obtengamos tasas de inflación más elevadas de las que tenemos ahora.
P. ¿Se va a convertir Europa del Este en el patio trasero de Alemania, por lo que se refiere a la economía?
R. Hay oportunidades para todos. Las inversiones privadas en el Este no son sólo de Alemania. Pero es cierto que en los países en los que la propia moneda ya no vale mucho, debido a problemas de inflación internos, es lógico que sea el marco la moneda que se imponga por tener la reputación que tiene. Desde Alemania no podemos evitar que zonas del Este se quieran enganchar, como ha hecho Austria mucho tiempo, que prácticamente ha vinculado su moneda al marco alemán. O como lo ha anunciado Bélgica hace poco. De ahí a decir que los alemanes van a ser activos en convertir todo el Este en una zona de influencia alemana, hay mucho trecho.
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