La debilidad económica de los países de la OCDE provoca una caída del 11,5% en la inversión neta extranjera en España

La mala coyuntura de la economía mundial y la falta de recuperación de los beneficios de las grandes empresas internacionales han. afectado notablemente a las cifras de inversión en España. La inversión neta (nuevas inversiones menos desinversiones) extranjera en España -que en un 89,6% procede de los países de la OCDE- ha sufrido una caída del 11,5% en el primer semestre de 1992 con respecto al mismo periodo del año anterior, según un informe de la Secretaría de Estado de Comercio hecho público ayer. El volumen que las empresas extranjeras aportaron realmente a España fue de 385.000 millones de pesetas, frente a los 435.000 millones netos que invirtieron entre enero y junio del año pasado.La caída de la inversión neta extranjera se debe al fuerte incremento de las desinversiones realizadas por las empresas internacionales: 175.000 millones entre enero y junio de este año, más del triple del volumen que alcanzaron en el mismo periodo de 1991. El secretario de Estado de Comercio, Miguel Ángel Feito, aseguró durante la presentación de estos resultados que "no son tan negativos como parecen".La cifra de desinversiones, particularmente elevada", incluye amortizaciones de algunos créditos importantes matriz-filial -considerados como inversiones por la normativa vigente- y reestructuraciones de grupos extranjeros -transmisión de las participaciones en empresas españolas por parte de sociedades extranjeras a sociedades residentes controladas por capital extranjero-, precisó Feito. Ambos conceptos suponen casi 66.500 millones de pesetas, un 38% del total de desinversiones.

Ni las amortizaciones de préstamos ni las reestructuraciones suponen un cese de la actividad de estas empresas en España, según Felto, quien explicó, con un fondo de sonoras explosiones causadas por los manifestantes de Ensidesa ante el cercano Ministerio de Industria, que no existe "una pérdida de confianza en nuestro país por parte de las multinacionales". La nueva inversión directa (sin considerar las desinversiones) alcanzó los 560.000 millones de pesetas en el primer semestre del año, un crecimiento del 14,8% respecto al mismo periodo de 1991.

Del mismo modo, la desaceleración de la actividad económica en España y la incertidumbre sobre la evolución de las economías de los países de la OCDE -destino del 90% de la inversión española en el extranjero- han ralentizado la inversión española en otros países, según la Secretaría de Estado de Comercio. La inversión neta española en el extranjero cayó un 21% en el primer semestre de 1992 respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando un volumen de 136.000 millones de pesetas.

El estancamiento de la inversión española directa bruta (crecimiento del 0% en el primer semestre de 1992) y el aumento de las desinversiones (83.000 millones, casi el doble que durante el primer semestre de 1991) explican la debilidad inversora española en el extranjero.