Los polacos

Hughes es uno de los cuatro hijos de una familia de africanos que viven en Uribarri. A Hughes le gusta aprender, y en poco más de un año habla castellano y euskera y ha pasado de curso con muy buenas notas. Tiene nueve años y le gustaría ser médico, y quizá un día pueda llegar a serlo. Quizá un día vaya a la Universidad, como ha llegado a ir algún chino de los primeros que arribaron aquí. Y sólo así me explico el gran sacrificio de sus padres, que se vinieron sin nada, incluso sin raíces. Allí, en África, en guerra, la incertidumbre era absoluta.Nosotros, los ricos, no somos capaces de ir a ningún sitio sin nada. Confiamos en la voluntad de Dios para algunas cosas, pero cuando el bienestar material está en juego desconfiamos de todos. Me duele: en el alma también lo de los polacos, los marroquíes... Tengo la impresión de que no es problema de polacos, de africanos o de magrebíes, ni tan siquiera de Tercer o Cuarto Mundo, sino de ricos y pobres. Y me temo que los ricos estamos llenos de miedos. Nos dan miedo los pobres, tenemos los pies de barro, y ante la pobreza nos tambaleamos. Y nos defendemos. Ponemos barreras, es mejor no verles, es mejor que no vengan, es mejor no tocarlos, que pueden contagiar.

Estamos haciendo una sociedad de ricos, y el reino de los cielos es de los pobres, y aquí en la tierra de los miedosos europeos que nos juntamos y ponemos fronteras para dar de comer, pero aparte.-

Médico.