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Lina Morgan, a la que un jurado compuesto por 15 personalidades del país acaba de otorgar el Premio Empresa y Economía por su actividad como propietaria del teatro La Latina, desarrolla paralelamente una labor benéfica y humanitaria menos conocida, que, según sus allegados, se ha ido incrementando en los últimos tiempos. Desde que hace aproximadamente cinco años se hiciera cargo del teatro madrileño, la popular actriz, de 54 años, decidió legar una parte importante de su fortuna personal a una fundación dedicada a niños huérfanos y ancianos que llevará su nombre, según consta en su testamento. Además, Lina Morgan destinará otra parte de sus bienes al fomento de las artes, así como a la potenciación de nuevos valores de la escena. Una acción humanitaria que la actriz, que está cosechando un gran éxito con su última obra, Celeste no es un color, ha puesto en marcha ya de forma discreta, al contribuir privadamente a una serie de obras benéficas ligadas a instituciones religiosas en la actualidad. Junto con Lina Morgan, otras mujeres relevantes de diferentes sectores han sido premiadas por este jurado que dará a conocer su fallo en los próximos días. Entre otras galardonadas destaca Rosa Conde, la ministra portavoz del Gobierno, por su presencia en la política, y Paloma O'Shea, por su labor de mecenazgo en el campo de la música.