El Banesto fue el peor de los favoritos

No es una novedad: el Banesto no disputa las contrarreloj por equipos, las padece. La de Libourne, larga y dura, no fue una excepción. El equipo español fue el peor de los favoritos. Por delante de él llegaron seis: Panasonic, Carrera, Gatorade, Z, ONCE y Motorola, o, lo que es lo mismo, Gianni Bugno, Claudio Chiappucci, Greg LeMond e incluso Stephen Roche. El gasto fue elevado: Bugno, la referencia más válida, ya está por delante de Induráin, con una ventaja de 27 segundos. No es, sin embargo, un abismo insalvable para la fortaleza del navarro en la contrarreloj del lunes, en Luxemburgo, próximo punto decisorio del Tour. Salvo hecatombes previas o sor presas mayúsculas, los Alpes, unos días más tarde, dictarán sentencia.

La contrarreloj por equipos perjudica siempre a los mejores, ya que iguala por abajo. El tiempo lo marca el quinto hombre en cruzar la meta, lo que impide el estallido solitario de prodigios de la naturaleza como Induráin, obligados a tirar del resto. Es, por lo tanto, una colectivización de esfuerzos injusta que, en ocasiones, sirve de refugio a los mediocres. Una prueba: Lino mantuvo sin agobios el jersey amarillo y Virenque su segundo puesto de la general, pero Induráin perdió tiempo. En una contrarreloj individual, el ganador del Giro habría aplastado a los dos advenedizos."Si el Tour se hubiera decidido hoy, malo. Pero no es así. Todavía queda la contrarreloj de Luxemburgo, antes de los Alpes, y allí Miguel será el más fuerte" comentó José Miguel Echávarri, el director deportivo del equipo navarro. "El Banesto no es el rival a batir en estas etapas y hoy tampoco lo ha sido. Antes de salir, me conformaba con perder un minuto como máximo. Hemos perdido 29. No es una tragedia", añadió.

El Banesto movió un plato dé 54 dientes y un piñón de 12, uno de los desarrollos más duros. Había que rodar por encima de los 50 kilómetros por hora. Echávarri no quería sorpresas, sino sacrificio. Marino Alonso dio el primer relevo. Después, Induráin, Bernard, Uriarte, Garmendia, Philipot, Gorospe, De las Cuevas y Delgado.

Recorrido sinuoso

La primera parte del recorrido, muy sinuosa, impidió una buena alternacia en cabeza, por lo que el Banesto firmó el octavo mejor tiempo en la primera referencia (kilómetros 19). El Gatorade fue quinto y el Carrera, primero. El ritmo mejoró en el segundo tramo (kilómetro 41,5), Banesto marcó el quinto, por detrás del Carrera, del Panasonic, del Gatorade y del ONCE. El coche espía que Echávarri había dispuesto a la sombra del Gatorade dio cuenta del retraso.

El tirón final dejó varios cadáveres por el asfalto: Alonso, que pinchó las dos ruedas, Garmendia y Uriarte. Los otros seis marcaron el séptimo mejor tiempo final, pese a dos rémoras importantes: Bernard y Philipot, todavía doloridos de su caída en el Jaizkíbel. Ninguno de ellos dio relevos en los últimos diez kilómetros. Delgado, pese a las dudas que había suscitado en la víspera, mantuvo el tipo. Fue en ese lapso cuando más clara quedó la superioridad de Induráin. Cada tirón suyo marcó al resto como un latigazo. De las Cuevas, por correr en casa, aguantó mejor. Cuestión de orgullo. Panasonic, Carrera y Gatorade coparon el podio. El mejor español, el ONCE, fue quinto. Sin embargo, su primer hombre en la general, el suizo Alex Zulle, es el 58, a 12.55 minutos del líder.