Nigeria vota
LAS ELECCIONES del sábado pasado en Nigeria se han desarrollado sin violencias excesivas. Representan una etapa importante para que el país más poblado de África retorne, en 1993, a un sistema civil de gobierno. El hecho es destacable por dos razones: primero, porque refleja una tendencia general en África. Asistimos a la desaparición de no pocas dictaduras militares que son sustituidas por Gobiernos civiles con un respaldo popular. En segundo lugar, porque Nigeria, en los 30 años transcurridos desde su independencia en 1962, ha sufrido siete golpes militares y sólo ha conocido Gobiernos civiles durante dos etapas de seis y cuatro años. Las actuales elecciones han sido programadas por el propio general Babangida, en el poder desde el golpe de 1985. Este general, ante la presión democratizadora que se hace sentir en África, ha decidido que el próximo año entregará el poder a quienes elijan los ciudadanos.Este proceso permite que el pueblo exprese sus preferencias, pero con serias limitaciones: Babangida ha fijado él mismo las reglas del juego y sólo ha autorizado dos partidos políticos, uno socialdemócrata y otro conservador. Lo justifica para evitar contiendas étnicas y religiosas que tanta sangre han costado. Sin embargo, no es seguro que tal propósito se haya logrado. Cada partido triunfó netamente en zonas distintas del país: los socialdemócratas, en la parte suroeste, principalmente cristiana y yoruba, y la Convención Republicana (conservadores), en la parte musulmana del norte y entre los ibos del sureste. La gran sorpresa electoral ha sido el Partido Socialdemócrata, que se sitúa en cabeza: ello demuestra que ha podido superar la terrible crisis por la que atravesó a comienzos de 1992, cuando estuvo a punto de desaparecer tras su fracaso en una consulta anterior.
El sistema adoptado por el general Babangida para Nigeria se basa directamente en el modelo norteamericano. El país está dividido en 30 Estados; el sábado pasado fueron elegidos el Congreso de Representantes y el Senado; el próximo diciembre, después de unas primarias en agosto, tendrá lugar la elección presidencial: será el momento de medir si se han hecho progresos en la superación del tribalismo.
El hecho de que Nigeria, con el peso que tiene en el conjunto del continente, haya iniciado la marcha hacia un sistema democrático es importante. En la reunión de la Organización de la Unidad Africana (OUA) que acaba de concluir en Dakar se ha perfilado por primera vez un grupo de países con Gobiernos civiles y con proyectos más progresistas. Nigeria puede ser un factor importante en ese proceso si confirma el camino emprendido. Sin embargo, hasta enero, fecha prevista para que los militares entreguen el poder, pueden ocurrir muchas cosas y no se puede descartar que se produzca un nuevo golpe militar,
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