Apuesta pesimista
No hay soporte que valga en esta Bolsa a la baja porque al mercado le afectan mucho más las malas noticias que las buenas. La ligera recuperación de los, tipos de la deuda pública tras las desinversiones de días anteriores ha dejado a la Bolsa sin argumentos para apostar por una subida de precios. El panorama internacional sigue dominado por la incertidumbre. Por ello, la Bolsa de Barcelona, tradicionalmente más sensible a las tormentas que la de Madrid, está recogiendo con más fuerza los argumentos negativos sobre la economía real. Este hecho da en estos días a los teóricos la oportunidad de pronosticar malos tiempos. La política monetaria está a punto de quedar inservible por las limitaciones de una peseta anclada en el cambio semifijo del SME y la libertad de movimiento de capitales.La política presupuestaria debería tomar el relevo, pero no parece claro que esto sea así, al menos por el momento. El ajuste que se debe introducir en la economía, con Maastricht o sin Maastricht, es de gran envergadura, sobre todo por el lado del déficit público. La Bolsa no percibe elementos de apoyo desde el lado macroeconómico, aunque su apuesta parece, a la vista de los hechos, demasiado pesimista.
