_
_
_
_
_

La Bolsa de Tokio se desploma y cae por debajo de los 16.000 yenes

Juan Jesús Aznárez

La Bolsa de Tokio ignoró ayer el anuncio de una próxima y masiva ampliación del presupuesto público y cayó por debajo de los 16.000 yenes, con lo que estableció un nuevo récord a la baja desde el 22 de octubre de 1986. El índice Nikkei, un promedio que recoge el comportamiento de los 225 valores más activos del mercado, se situó en 15.921 yenes tras un descenso de 598. Mientras tanto, cuadros del Partido Liberal, en el Gobierno, sostuvieron un encuentro con hombres de negocios para estudiar el monto del complemento presupuestario y las previsibles consecuencias económicas.

La caída de la Bolsa de Tokio continúa imparable, pese a ligeras fluctuaciones alcistas, y los inversores parecen esperar que el Gabinete publique pronto unos planes concretos de inversión pública para actuar en consecuencia. El paquete de siete puntos publicado en abril no ha sido suficiente y la actual indecisión tampoco ayuda a la tranquilidad inversora. Uno de los operadores en el mercado comentó que "hacen falta algo más que vagas promesas; hacen falta medidas rápidas y audaces para animar los corros".Desde el pasado 12 de junio, el índice Nikkei ha caído 1.500 puntos y los expertos piensan que la actividad compradora no se reanudará en tanto el Ejecutivo no se defina. El primer ministro, Kiichi Miyazawa, reconoció ayer que la economía japonesa necesita medidas de estimulación, pero añadió que se precisa tiempo para determinar la cuantía de una ampliación presupuestarla compleja y de gran envergadura. Entre las filas liberales, mientras tanto, crecen las peticiones para que se agilice el proceso en estudio, en contra del criterio del Ministerio de Finanzas, que pide paciencia. Entre los expertos de este ministerio se barajan ahora cantidades que oscilan entre los 8.000 y los 70.000 millones de dólares de ampliación.

El jefe de Gabinete, Koichi Kato, informó ayer que el Gobierno y el partido estudian cómo reforzar las medidas de abril, que incluían un aumento del gasto en obras públicas, un mejoramiento del nivel de vida a través de medidas fiscales y una asistencia masiva a la pequeña y mediana empresa. La celebración de elecciones legislativas al Senado en julio es otro factor que presiona a un Gobierno obligado a presentar éxitos al electorado.

Los comentaristas coinciden en que la situación de la economía japonesa parece más seria de lo reflejado oficialmente y el pesimismo hace tiempo que se ha trasladado a la Bolsa, donde los operadores esperan un nuevo recorte en el tipo de interés y la pregonada ampliación presupuestaria.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_