Holanda da una lección de juego a Alemania
GRAHAM TURNER, ENVIADO ESPECIAL
En el minuto 33 Marco van Basten realizó una carrera de media cancha para lanzarse al suelo y robarle un balón al escapado Moller. Cuando el ex-Balón de Oro se sacrifica con tanta generosidad es señal de que Holanda funciona.
Tampoco tardaron en saberlo sus admiradores. En los graderíos los hinchas vestidos de naranja se divertían con olas, cánticos o simplemente balanceándose o agitando bufandas. No era para menos. Holanda daba un baño al campeón del mundo.
Berti Vogts quizás tuvo parte de la culpa. El seleccionador alemán tiene dos décadas menos que Rinus Michels y posiblemente se pasó de listillo. De acuerdo, tenía que sustituir al lesionado Buchwald por el inexperto Helmer. Pero también dejó fuera a Sammer; puso al novato Frontzeck en la banda derecha y colocó al zurdo Brehme como lateral derecho donde permitió que al extremo holandés Roy le saliesen sus primeros regates del torneo.
Míster Mármol cuya experiencia es un grado muy alto, mantuvo el equipo que ya se nombra de carrerilla, excepto la inclusión del marcador De Boer por el tocado Van Aerle. Calidad aparte, su conjunto basado en hombres experimentados como Koeman, Van Tiggelen, Wouters, Rijkaard, Gullit y Van Basten puso en evidencia al verde equipo de Vogts que necesita dos o tres jugadores para reemplazar las cualidades ofensivas, defensivas y de liderazgo ostentadas por Matthaus.
Effenberg se encargó de plasmar las diferencias. El rubio platino resulta muy llamativo en funciones ofensivas. Punto. Dada la misión de marcar a Rijkaard, permitió al holandés cabecear limpiamente el primer gol tras apenas cuatro minutos. Once después cometió una falta a Gullit y Witschge sorprendió a Illgner desde lejos.
Tan temprano 2-0 reflejó las realidades de un conjunto alemán que milagrosamente mantuvo el cero frente a una selección escocesa que creaba ocasiones al por mayor.
Al margen de un Rijkaard que se convirtió, bajo las narices de Effenberg, en la figura del partido, Frontzeck no sabía en qué sectores marcar a Gullit y Helmer quedó con las piernas torcidas por la movilidad de Bergkamp. La primera parte fue un rosario de ocasiones holandeses para Bergkamp, Rijkaard, Roy, Gullit y, especialmente una espectacular volea de Van Basten al larguero. Alemania tardó media hora en exigir esfuerzo a Van Breukelen en un remate de Klinsmann.
Pero la segunda parte comenzó como si.la primera no hubiese existido. Vogts quitó al líbero Binz y retrasó a Helmer hacia su puesto para reforzar el centro del campo con Sammer. Y esta vez Michels colaboró con una Alemania ansiosa de evitar una semifinal frente a Suecia al ordenar el retroceso de Rijkaard, restando al centro del campo su hombre más influyente. Cuando marcó Klinsmann y cuatro minutos después Rijkaard remató contra su propio travesaño, entraron notas de desesperación en la música holandesa. Pero en los momentos cuando parecía inevitable el empate de un conjunto movido una vez más por el excelente Hassler, Holanda volvió a marcar.
El recién entrado Winter se escapó por la derecha y su centro fue rematado impecablemente de cabeza por Bergkamp. Holanda ya es favorita para ganar el título en este mismo estadio dentro de una semana y posiblemente contra el mismo rival.
La Alemania de Vogts, sin embargo, sigue siendo un Curro Rommel capaz de mezclar grandezas con largas fases de vulgaridad. Su juego quizás no sea suficientemente convincente para vencer a Suecia en Estocolmo el próximo domingo, mientras esta Holanda, que recuerda los días gloriosos de 1988, será favorita para ganar a Dinamarca en este mismo escenario un día después.
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