'Cultura del monopolio'

Hora: 0.15 del viernes. Tengo que intervenir por teléfono desde mi casa en un programa de radio de la cadena COPE. La conexión no es posible, ya que una amable voz femenina me dice que, "por sobrecarga en la línea, llame usted dentro de cinco minutos". ¿Se estará hundiendo Madrid, pienso yo, para que todo Álava, todo Euskadi, esté llamando a esas horas?Llamo al 003 para pedir información. Otra señorita, en este caso menos amable, me dice que no es que haya "sobrecarga en la línea", sino que lo que sucede es que hay un corte de líneas para hacer reparaciones y que no entiende cómo no se ha cambiado la cinta magnetofónica con el mensaje explicativo. Bueno, ya vamos desbrozando el camino.

Acabo de hablar con el director de Telefónica en Álava para pedirle una explicación y hacerle llegar mi protesta. Intenta justificar lo injustificable y en su fuero interno sabe que el abonado no tiene más remedio que "o tomarlo o dejarlo", y yo, personalmente, me rebelo contra eso.

La cultura del monopolio es nefasta; produce grandes dosis de ineficacia, de falta de ilusión por mejorar, y sobre todo atrofia el sentido común, porque, ¿cuesta tanto avisar de que va a cortarse la línea, para que uno tome las precauciones que le venga en gana? ¿Cómo nos defendemos los sufridos abonados que pagamos de nuestro bolsillo religiosamente todos los meses? Si tuvieran competencia, otro gallo cantaría. Eso sí, dentro de unos meses nos subirán las tarifas, pero el servicio de Telefónica al ciudadano, cada vez peor. ¡País!-