Rusia repartirá cheques para que los ciudadanos compren acciones de empresas

El Gobierno de Rusia decidió ayer distribuir antes de final de año y entre todos los ciudadanos del país cheques con los que podrán comprar acciones de las empresas del Estado que van a ser privatizadas. "Queremos devolver al pueblo lo que se le ha robado durante los años de poder soviético", aseguró el portavoz gubernamental Alexéi Uliukáyev al anunciar la medida.El valor de cada cheque de privatización o cupón calcula el Gobierno que puede ser de entre 7.000 y 8.000 rublos (aproximadamente la misma cantidad en pesetas), una suma que no es baja si se considera que el salario mínimo está en 900 rublos. Dado que Rusia cuenta con 150 millones de habitantes, el valor total de la emisión de este año puede ser de aproximadamente un billón de rublos.

Esas cantidades son las que resultarían de aprobarse definitivamente la propuesta elaborada por el Gobierno, que puede ser modificada por el Parlamento, partidario de aumentar las acciones que se reparten entre los trabajadores de las empresas, en detrimento de las que se entregan al conjunto de la población, según apostilló Uliukáyev.

Una vez repartidos los, cheques, el portavoz explicó que el ciudadano iba a tener tres posibilidades: comprar directamente acciones del paquete de empresas que este mismo año van a ser divididas en acciones y privatizadas, "estén donde estén y sean de. la rama que sea"; entregar su cheque a un fondo de inversiones para que sean especialistas los que canalicen la inversión; o simplemente vender el cupón a cualquier otra persona que se avenga a comprarlo.

La propuesta gubernamental, recordó Uliukáyev, prevé que el 35% de las acciones en que se dividan las empresas sean susceptibles de ser adquiridas con esos cheques. Otro 25% es el destinado, también de manera gratuita, a las denominadas colectividades laborales (los trabajadores de la empresa). El resto saldrá al mercado.

El portavoz gubernamental tuvo especial interés en subrayar que la reunión del Consejo de Ministros había sido presidida por Yegor Gaidar en sustitución de Borís Yeltsin, con lo que queda claro que es Gaidar -que goza de la confianza de los organismos internacionales- y no el recién incorporado VIadírnir Shumeiko -un representante del complejo militar-industrial- el número dos del Gabinete. Insistió en que la buena marcha de la reforma seguía garantizada, aunque reconoció que, pese a las presiones del FMI, no iba a ha ber de momento liberalización del precio de los combustibles.