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La medicina nuclear ofrece resultados en cáncer de tiroides y problemas articulares

La medicina nuclear nada tiene que ver con técnicas diagnósticas o terapéuticas que pueden emitir radiaciones peligrosas para la salud, como ocurrió con el grave accidente del acelerador lineal del Clínico de Zaragoza o como podría suceder con las repeticiones sucesivas de exploraciones radiológicas. Así lo manifiesta Adolfo Gómez-Embuena, jefe del servicio de medicina nuclear del hospital Doce de Octubre y presidente de un congreso internacional celebrado en Madrid sobre esta especialidad.Se trata de una especialidad que utiliza unicamente isótopos radiactivos, a niveles inocuos. El 90% de sus aplicaciones son diagnósticas y un 10% terapéuticas. Desde este último aspecto, la especialidad consigue excelentes resultados en cáncer de tiroides y problemas articulares.

Su procedimiento básico es la garrimagrafía, que proporciona una imagen de la función del órgano o sistema a estudiar. "Consiste en la administración, generalmente por vía intravenosa, de isótopos radiactivos que actúan como marcadores de la lesión, y ésta es captada mediante imagen en el gaminágrafo. Los isótopos pueden ser administrados también con medicamentos, convirtiéndose en radiofármacos".

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