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Al fondo del juzgado

Candi ahonda la crisis del sector de seguridad

La quiebra de Transportes Candi es un ejemplo de percance empresarial que se gesta en una etapa de expansión fácil del negocio y que tras un crecimiento sui géneris aterriza en el juzgado por el procedimiento de quiebra. El Banco Pastor instó la quiebra de la empresa ahora admitida a trámite mientras que sus filiales pueden ir por el mismo camino. El juez decidirá, en última instancia, si se trata de una quiebra fraudulenta.

En todo caso, el grupo de empresas camina hacia su liquidación y así lo asumen los trabajadores. Este episodio ahonda la crisis del sector, tras la quiebra voluntaria de Esabe y su pugna con la sueca Securitas.El pasivo de Transporte Candi se estima en unos 5.000 millones, de los que cerca de 2.000 son deudas a Hacienda y la Seguridad Social, aunque fuentes judiciales no han querido concretarlo. Acreedores, trabajadores y sector, coinciden en algo: las excentricidades del fundador y dueño de la empresa Antonio Gutiérrez Amador. Entre los acreedores se encuentran el propio Banco Pastor, Banesto y otras entidades bancarias de menor renombre.

El principio del fin de Candi arranca de la elevada morosidad que la empresa mantenía con el Banco Pastor el pasado mes de octubre. Los responsables de Candi comunicaron a la entidad que la inminente entrada en el capital de la multinacional norteamericana, Bruins, aportará nuevos recursos para pagar las deudas crediticias. Pero todo se retrasó. El banco no consiguió cobrar por un procedimiento ejecutivo un mes después. Además, según fuentes de entidad bancaria, se observa que Transportes Candi está presuntamente traspasando activos a otras entidades del grupo, que no son deudoras del banco. Ante este panorama, el Pastor, insta la quiebra necesaria en marzo pasado y a ello se suman como acreedores los tenedores de pagarés de Candi.

Dinero fácil

Antonio Gutiérrez Amador conocía el sector de transportes de fondos para entidades bancarias en los años sesenta. Al comenzar los años setenta una nueva normativa obliga a las entidades bancarias a implantar medidas de seguridad tanto en las oficinas como en el transporte de fondos. Gutiérrez Amador funda Transportes Candi, utilizando el nombre de su esposa Cándida, con la intención de tomar la delantera en ese negocio. El sector crece de forma explosiva y también desordenada, pero los beneficios son múltiples en los servicios de vigilancia y transportes de fondos.El yerno del fundador, Antonio de Eguiluz, toma las riendas de la empresa y comienza a implantarse en los principales campos de la seguridad. Así se divide su actividad entre el transporte de dinero (un 25%) vigilancia jurada (un 65%) y sistemas de seguridad (10%). Pero no para ahí la diversificación del grupo, que entra en negocios tan dispares como cajas de seguridad, elaboración de confituras, importación de legumbres o la producción de películas.

De hecho, durante dos años instauró el Premio Candi para cortometraje de cine. Quizá por esa afición al séptimo arte, un furgón de la empresa fue el protagonista de una historia casi cinematográfica soñada por tantos y realizada por el Dioni, un vigilante que huyó en 1989 con un furgón cargado con más de 200 millones de pesetas.

Candi, que hasta que estalló la crisis el pasado mes de marzo, transportaba los fondos del Banco Central, había ido perdiendo clientes y en el sector de vigilancia tan sólo le quedaba el contrato del Metro de Madrid, de 1987, y al que destinaba 170 personas. Fuentes del Metro han señalado que Candi siempre cumplió con su cometido. No obstante, el pasado mes de mayo y dos meses antes de finalizar el contrato, el Metro decidió romperlo ante el embargo que Hacienda hizo del dinero pagado a Candi que prestaba este servicio desde el año 1.987. El trabajo se adjudicó a Prosesa para 60 días y posteriormente se convocará un concurso público.

Los libros

Una vez admitida a trámite la quiebra la jueza titular del juzgado de primera instancia número 58 de Madrid, deberá estudiar los libros de la empresa y las operaciones de traspaso de activos entre empresas del grupo que, según un portavoz del comité de empresa, han sido "sospechosas".La liquidación de los bienes de la empresa y sus filiales pueden presentar problemas, ya que las naves y camiones blindados, están hipotecados o bien se adquirieron en leasing. Los trabajadores denunciaron que en los últimos meses se traspasaron actividades y bienes de Transportes Candi a otras filiales. Las filiales del grupo son Candi Urbe, Candi Mailing, Candi Incebasa y Candi Mensajería, todas prácticamente ya inactivas.

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