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Dos personas fallecen al estrellarse de noche el avión ultraligero en el que viajaban

Benito Pereda Mazo, de 34 años de edad, y María Cristina Contreras, de unos 30 años, fallecieron la noche del pasado sábado cuando el avión ultraligero en el que ambos viajaban se estrelló en el camino de Los Nidos, del término municipal de Griñón. Según la normativa internacional de aviación civil, a la hora en que ocurrió el accidente, 22.30, no está permitido el vuelo de aparatos de esas características. El tripulante del aparato, Benito Pereda, era monitor de vuelo y copropietario del aeródromo de Griñón.

La caída del avión ultraligero, modelo Vulcano, tuvo lugar a corta distancia de la urbanización Los Nidos, en el término municipal de Griñón, un municipio situado a 28 kilómetros del sur de Madrid en el que residen 2.000 habitantes. El accidente ocurrió alrededor de las 22.30 y fue observado por unos jóvenes que se dirigían hacia la localidad vecina de Serranillos del Valle.Según la primera hipótesis, el avión ultraligero perdió el rumbo por causas desconocidas cuando se disponía a aterrizar en la pista del aeródromo de Griñón, donde había despegado.

El impacto contra el suelo provocó la muerte inmediata de Benito Pereda, vecino de Griñón y accionista de la sociedad que explota desde hace varios años el aeródromo de este municipio. La acompañante, María Cristina Contreras, amiga íntima de Benito, fue trasladada al hospital Doce de Octubre de Madrid, donde falleció a las cuatro de la madrugada de ayer.

Según la familia de Pereda, Benito era un avezado piloto, que no había tenido nunca ningún accidente con los aparatos ultraligeros. Sus hermanos declararon que para ellos es inexplicable lo ocurrido.

Navegación arriesgada

Los familiares del instructor fallecido tampoco entienden la razón por la que Pereda estaba volando a esa hora de la noche, ya que la navegación nocturna con estos aparatos es especialmente arriesgada. Según un vecino del municipio, por la noche nadie solía utilizar el aeródromo.Sin embargo, otro vecino de Griñón comentó que en alguna ocasión había visto aterrizar a altas horas de la noche a algún aparato ultraligero.

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La normativa internacional de aviación civil prohibe expresamente las operaciones de vuelo durante la noche a aparatos como el que se estrelló el sábado.

Paco Gaudino, alcalde independiente de Griñón, confirmó que el piloto fallecido era un hombre experimentado y con mucho oficio.

El accidente ocurrido el sábado por la noche es el primer percance aéreo mortal que tiene lugar en este término municipal, pero no el primero que sucede, ya que anteriormente dos avionetas se habían estrellado en otros lugares de la localidad, sin que se hubiesen producido víctimas.

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