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Gutiérrez afirma que la vía del diálogo exige suspender el plan de convergencia y el 'decretazo'

El secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, mantiene su apoyo crítico a los acuerdos de Maastricht porque representan "algo más que los cinco indicadores de convergencia monetaria", e incluyen "avances en política social y cohesión económica". El líder de CC OO expuso ayer en el club Siglo XXI las críticas al plan del Gobierno y afirmó que "una suspensión del famoso programa gubernamental y del decretazo" daría paso a eventuales negociaciones.

En el coloquio posterior el líder sindicalista dijo que la intervención de Felipe González en el mítin de Sevilla le permite abrigar pocas esperanzas en la actitud negociadora del Gobierno, aunque "el nerviosismo rayano en la histeria del presidente indica que el Ejecutivo prevé que la huelga puede ser un éxito". Para Gutiérrez su propuesta está muy alejada de la del Gobierno, que define como "una bofetada a los anhelos de cohesión económica y social". Está convencido de que las carencias que sufre la economía española no justifican en modo alguno que se renuncie a cinco billones de pesetas de gasto público en el periodo 1993-1997, al haber fijado un objetivo de déficit público del 1% frente al 3% marcado en Maastricht. Además no considera creíble que el bajar la inflación y los tipos de interés "sean objetivos suficientes para alcanzar mayores niveles de desarrollo".

Enfrentamiento

El líder de CC OO optó por una intervención muy técnica, sin entrar apenas en alusiones al enfrentamiento con el Gobierno ni a la huelga general del próximo jueves y se limitó a diseccionar el proceso de convergencia y sus cifras ante un auditorio en el que se podía ver al secretario general de UGT Nicolás Redondo, a los dirigentes de Izquierda Unida y a los responsables de CC OO. Ante ellos Gutiérrez afirmó que la unión económica y monetaria beneficiará "a los países que tengan estructuras productivas suficientemente desarrolladas para poder obtener mayores cuotas de participación en los mercados". Por eso está convencido de que el modelo para España tiene que ser marcar como objetivo "la reconstrucción del sistema productivo" como resultado de aplicar políticas sectoriales activas en las que el sector público ocupe un papel importante, por ejemplo para la construcción de infraestructuras económicas y sociales, suministrar servicios, promover actividades empresariales y mejorar la protección social. El secretario general de CC OO añadió que el Gobierno está instrumentalizando el proceso comunitario "en forma de coartada para incumplir promesas electorales, para camuflar errores propios o imponer medidas injustas e impopulares, un peligroso juego del que ha abusado el Ejecutivo español". También le acusa de utilizar los cinco indicadores de convergencia monetaria, cuando "ni son un paquete cerrado ni delimitan rígidamente el camino a seguir en cada país para alcanzarlos". Su previsión es que en 1997 no habrá siete países que cumplan las condiciones establecidas y que sea necesario esperar a 1999 para la entrada en vigor de la unión económica y monetaria, fecha en la que no es necesaria esa cifra mínima de países. En ese caso, "el plazo para adecuar nuestra economía se ampliaría en dos años, con las consecuencias positivas que pueden desprenderse al poder realizar los programas de manera más acompasada", concluyó el líder sindical.

Por su parte, el secretario general de UGT, Nicolás Redondo, reafirmó ayer en Barcelona el compromiso de su sindicato con los objetivos del tratado de construcción europea de Maastricht. Redondo se desmarcó así tanto de las resoluciones aprobadas este fin de semana en la III Asamblea de Izquierda Unida -que ha retirado su apoyo a Maastricht, rectificando el "sí crítico" de esta coalición en sus votaciones en Las Cortes- como de las alusiones de González en el mitin de Sevilla.

El líder de UGT diferenció entre los objetivos del tratado y los caminos a seguir. "Nosotros apoyamos Maastricht, pero no el plan de convergencia", dijo.

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