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La sequía provoca pérdidas de unos 250.000 millones de pesetas en la agricultura española

VIDAL MATÉ La sequía que sufre el campo español provocará pérdidas que expertos agrarios estiman en unos 250.000 millones de pesetas este año. Las consecuencias negativas no se harán esperar. Será necesario duplicar las importaciones de cereal, sobre todo de trigo y maíz. Se reducirá a la mitad la producción de arroz y habrá dificultades en las industrias azucareras para cubrir sus cuotas de transformación de remolacha. Además, se producirá un nuevo recorte en el censo de ganado extensivo, ya muy castigado por la crisis que ha soportado desde 1989 y que se ha agravado en los últimos meses.

Las producciones cerealistas han sido las más directamente afectadas en cultivos de secano por la falta de lluvias. Según las cifras que se barajan actualmente en el sector, la cosecha será este año entre un 15% y un 20% inferior a la obtenida en la campaña precedente que se consideró como una cosecha normal.En cebada se espera solamente una producción de unos 7,7 millones de toneladas frente a los 9,6 millones de 1991. En trigo, la producción será de unos 4,3 millones de toneladas, mientras el año pasado se obtuvieron 5,3 millones de toneladas. Finalmente, en maíz, la producción esperada es de poco más de dos millones de toneladas frente a los 3,2 millones de 1991.

Este cuadro de producciones supone un recorte en las cosechas de cereales de unos cuatro millones de toneladas respecto a unas perspectivas de cosecha normal, lo que se traduce en un descenso en los ingresos superior a los 90.000 millones de pesetas a precios de venta de mercado.

Las consecuencias directas de este recorte se van a reflejar en la importaciones. En cebada, la baja cosecha supondrá una paralización de las exportaciones que se hacían con restituciones comunitarias, de en torno a un millón de toneladas anualmente y forzará la venta de los stocks actualmente en poder del SENPA.

Compras de maíz

En el caso del trigo, la baja cosecha provocará un fuerte aumento de las importaciones que ya el año pasado ascendieron a 1,4 millones de toneladas, especialmente procedentes del Reino Unido. Finalmente, se prevé un gran aumento en las compras de maíz donde, a los dos millones de toneladas que seguirán entrando por la prórroga del acuerdo con Estados Unidos, se sumarán más de otro millón que previsiblemente entre a través de Francia.

Por otra parte, la falta de cereales en el mercado interior, sumado a los problemas en el sector ganadero por la crisis de precios con la excepción del porcino, forzará un aumento de las importaciones de productos sustitutivos a bajos precios para la alimentación animal. En este sentido, cabe destacar que, mientras en 1986 las importaciones de estos productos eran casi nulas, en este momento se importan más de dos millones de toneladas de mandioca, gluten de maíz, pulpa de agrios, heces de cervecería, habas y guisantes procedentes especialmente del Este de Europa y de Asia.

Los efectos de la sequía en el sector agrario se dejarán sentir también en el cultivo remolachero donde, a pesar del esfuerzo hecho por las industrias para que los agricultores mantuvieran sus siembras, es probable que existan dificultades para cubrir sus objetivos de producción, lo que supone un menor ingreso para los cultivadores, a la vez que un riesgo grave para la actividad de los grupos industriales azucareros que tienen una total dependencia del producto nacional sin posibilidad de importar la raíz. Igualmente, se espera una fuerte reducción en la producción de arroz. Las superficies de siembra se han reducido a la mitad y, a pesar de ello, existen dificultades para el suministro de agua de esas hectáreas en el Guadalquivir y Extremadura.

En el girasol, la sequía ha provocado un aumento de las siembras, lo que puede suponer un recorte en las ayudas por hectárea previstas por la CE al superarse la superficie máxima garantizada de 1,4 millones de hectáreras.

Ganadería

Finalmente, en el sector agrario, los efectos de la sequía se han dejado sentir en la ganadería extensiva, especialmente en vacuno y ovino. Medios agrarios estiman el aumento de gastos por animal, entre transporte y compra de agua y mayor utilización de piensos, en unas 20.000 pesetas. El coste para el sector se calcula en no menos de 50.000 millones de pesetas.

Los nuevos problemas en el sector ganadero se teme que, junto a los bajos precios percibidos los ganaderos en los últimos meses, contribuyan a un mayor recorte en las cabañas de vacuno de carne y ovino. Actualmente se encuentra en marcha una nueva etapa de sacrificio de cabezas de ganado vacuno para ajustar la producción láctea a los planes establecidos por la Comunidad Europea.

Las zonas españolas que se verán más afectadas por esta medida de la CE son la cornisa cantábrica, Castilla y León y Cataluña. Precisamente a raíz de las protestas agrarias del pasado mes de abril, Pedro Solbes, ministro de Agricultura, ha recibido a los agricultores y les ha comunicado que puede haber variaciones en su política.

El campo pide ayudas directas

V. M. Medios agrarios insisten en que, ante el grave endeudamiento y la crisis que está pasando el sector, las soluciones al problema agrario pasan, además de por créditos blandos ofrecidos por Agricultura pagando cinco puntos de interés, por subvenciones directas ara las explotaciones familiares. Otra de las peticiones de los agricultores es el pronto pago por parte de las aseguradoras en el caso de los cultivos con cobertura y póliza.Aunque los sindicatos agrarios no conocen el contenido exacto de las medidas barajadas por el Gobierno, todos han coincidido en señalar que una política de créditos sin ayudas directas no es suficiente para muchas explotaciones. Pedro Solbes justificó la no concesión inicial de subvenciones á fondo perdido directas porque eso haría que fueran muchos más los agricultores que se apuntarían a la ventanilla. Frente a esta filosofía, en medios agrarios se estima que el Gobierno debería dar subvenciones y que la tarea de la Administración sería controlar a quién las recibe.

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