Nueva especie en la jungla del asfalto
'Espíritu', el coche solar más veloz del mundo, se pasea por las calles de Madrid
Los conductores se quedaron ayer perplejos al ver circular por el paseo de la Castellana, en Madrid, a Espíritu, el coche solar más veloz del mundo. Los motoristas se levantaban la visera del casco y miraban sorprendidos la aparición de esta nueva especie en el asfalto: un raro ejemplar con una larga cola cubierta de captadores de la energía del sol.Tres ruedas semiescondidas (dos delanteras y una trasera) bajo un caparazón brillante de 11 metros cuadrados para concentrar la luz solar dan un aspecto futurista a este vehículo, que demostró ser capaz de superar los 100 kilómetros por hora. Su combustible, el sol, no era ayer muy brillante en la plaza de Colón a la hora de iniciar el recorrido, pero sus diseñadores no dudaron: lo levantaron a pulso y lo llevaron desde la acera hasta la calzada.
Los curiosos se agolparon alrededor del coche, y no faltó quien sospechara que era una nueva broma del programa Objetivo indiscreto. El piloto se introdujo en el monoplaza, y Espíritu inició su trayecto, que acabó en el circuito del Jarama (en la carretera de Burgos). "Los coches solares son muy vistosos y llaman la atención", decía entusiasmado Juan Graells, un catalán que lleva 21 años en la Escuela de Ingeniería de Biel (Suiza), responsable del diseño y construcción del vehículo.
"De momento, los coches solares sólo tienen una plaza, porque hay que hacerlos lo más ligeros posible. Un pasajero añadiría 70 kilos, y esto se pagan energía", explicaba Graells. De momento no ve futuro comercial a estos coches. Espíritu, echo de fibra de carbono, pesa sólo 191 kilos sin conductor.
Este prototipo, que ha costado 80 millones de pesetas, ha ganado las dos carreras más importantes de] mundo para coches solares, en Adelaida (Australia) y Phoenix (EE UU). Espíritu capta la energía solar con ocho metros cuadrados de paneles que alimentan el motor y una batería que le da autonomía para 350 kilómetros.
Sus 1.100 vatios de potencia son suficientes para tener problemas con la policía de tráfico. "En algunos tramos del recorrido experimental desde Figueres a Zaragoza alcanzó los 150 kilómetros por hora", contaba ayer uno de los patrocinadores antes de seguir viaje por España hasta Sevilla. "Es fácil maniobrar con él, y no lleva cambio de marchas", decía Graells, quien reconoce que Espíritu tiene aún sus pegas: es ruidoso y no demasiado confortable; mejores condiciones añadirían peso. "Pero es una aventura ponerse al volante de uno de ellos", comentaba.
Los diseñadores explicaron la diferencia entre este ingenio solar y los coches eléctricos, que son ya una realidad en muchos países y se consideran el utilitario del futuro. "El coche solar como medio de transporte es aún una utopía, aunque ya hay unos 350 prototipos en el mundo", dice Graells, para quien la tecnología solar es más adecuada para aplicaciones estáticas, como viviendas. "Los paneles son inmensos y por la noche estos coches se mueren ".
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