González aboga ante los secretarios regionales del PSOE por un partido "plural y sin querellas internas"

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Felipe González, está transmitiendo a los secretarios regionales del partido -los principales dirigentes socialistas en las comunidades autónomas- el mensaje de un partido plural y sin querellas internas. González se ha reunido desde abril con cinco representantes socialistas territoriales: Teófilo Serrano, secretario general de la Federación Socialista Madrileña (F8M); José Bono, presidente de Castilla-La Mancha; Jaime Blanco, secretario regional de Cantabria; Carlos Sanjuán, secretario regional de Andalucía, y Joan Lerma, presidente de la Comunidad Valenciana.

En los próximos días, el presidente del Gobierno recibirá a los secretarios regionales de Navarra, Gabriel Urralburu; y del País Vasco, Ramón Jáuregui. González pretende, a través de estos contactos, abrir una vía personal con los auténticos pesos pesados territoriales del partido, la mayoría de ellos ausentes de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.El mensaje del presidente del Gobierno a los secretarios regionales del PSOE aparece inmerso en su ofensiva política a favor del plan de convergencia económica con Europa. González está insistiendo -el lunes lo hizo también en la comisión ejecutiva del PSOE con insistencia- en la idea de que, si el PSOE consigue implicar a la sociedad en el plan de convergencia económica con Europa, conseguirá la mayoría para gobernar.

El presidente del Gobierno también está abordando en estos contactos, aunque de forma muy variable en su intensidad, la situación interna del PSOE. Su mensaje generalizado apunta a la necesidad de acercar el partido a la sociedad y, en este sentido, está reivindicando un partido "más plural y sin querellas internas".

La interpretación de los interlocutores de Felipe González sobre sus contactos con el presidente del Gobierno es variable y una muestra de la auténtica pluralidad existente en el PSOE en la actualidad. Desde la Federación Socialista Madrileña (FSM) -donde el conflicto interno entre guerristas y renovadores está muy radicalizado- se insiste en que Felipe González, cuando habla de pluralidad, aboga por cambiar el modelo actual de partido, con una cúpula férrea, controlada por el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra.

El aparente resurgimiento de Guerra se contempla desde la FSM con especial preocupación por el duro enfrentamiento entre guerristas y renovadores. La reunión del miércoles de Guerra y Txiki Benegas con los secretarios provinciales de organización del partido se interpreta desde la FSM como "un puenteo a los secretarios regionales" y "una desestabilización del proyecto político".

El secretario de los socialistas andaluces y destacado guerrista, Carlos Sanjuán, interpreta la renovación interna como un partido sin querellas internas y que conecte con la sociedad.

Renovación moderada

Estas interpretaciones aparecen matizadas desde las federaciones de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, que se sitúan -como el socialismo catalán, castellano-leonés y navarro- en un modelo de renovación interna moderada. En estos casos la interpretación del mensaje de González consiste en que "el partido tiene que terminar con sus querellas y, a la vez, reflejar todas las opiniones internas". Entre los secretarios regionales de estas federaciones existe la idea común de que "los instrumentos del partido son deficientes" para abordar el objetivo de la pluralidad. Algunos secretarios regionales abogan porque la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE recoja toda la pluralidad existente. Es el caso del navarro Gabriel Urralburu que ya lo reíVindicó en el último congreso del PSOE, en noviembre de 1990. Otros, como el secretario regional de Castílla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó, creen que se debe completar el funcionamiento del partido con la potenciación del papel de los secretarios regionales a través de reuniones organizadas y sitúa los contactos de González con los representantes territoriales como una manera de llenar ese vacío. Esta posición es compartida por un numeroso núcleo de secretarios regionales del PSOE que sefialan que "éste no es un movimiento antidirección ni antiGuerra".

Son también bastantes los secretarios regionales del PSOE que no dan excesiva importancia al resurgimiento de Alfonso Guerra. "Si para expresar su resurgimiento tiene que convocar a los secretarios provinciales de organización es algo muy pobre", señalan.

Paralelamente, existe un malestar generalizado entre los dirigentes territoriales del PSOE por las declaraciones del presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina. Sin cuestionar su contenido, insisten en su inoportunidad. "Han colocado en primer plano un problema menor, el de la organización del partido, cuando la renovación que ahora prima es llevar adelante el plan de convergencia económica con Europa", afirman.