La inversion pícara
Las gangas se dan en las bolsas españolas más que en ninguna plaza europea. La búsqueda de oportunidades, a la caza selectiva del tenbager -valor de alta rentabilidad supuesta y baja liquidez-, provoca un efecto de entrada de dinero extranjero que a la postre resulta enormemente beneficioso por su virtud de acompasar los flujos y reflujos de los fondos de inversión internacionales.Cuando estos últimos bajan de tono, es bueno que otras líneas más espontáneas y menos disciplinadas subsidien, evitando así una caída de los volúmenes. Por otra parte, la inversión pícara siempre es un síntoma de cambio de ciclo que se manifiesta cuando los precios en el mercado todavía conservan el bajo listón, secuela de la coyuntura bajista.
Estamos en un punto de inflexión y los inversores precisan ahora la misma munición esencial: copiosas cantidades de dinero prestado. El primero en pegar lo hará dos veces y conseguirá dinero más barato. La sensación de que empieza el baile ayuda a quienes, como Bocine Pickens, el presidente de la Gulf Oil norteamericana, combinan la emoción de conseguir fortunas y el desinterés en dilapidarlas.
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