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El Madrid da un golpe de mano en Badalona

Robert Álvarez

El Madrid se salió con la suya. Se fue de Badalona sabiendo que podrá decidir la final en su pabellón. El Joventut no supo exprimir el potencial de su plantilla. Lo pagó. Su técnico, Lolo Sainz, no tuvo a bien la inclusión de Tomás Jofresa, jugador clave, en la resolución de la eliminatoria ante el Estudiantes y de la primera victoria ante los madridistas, ni de Pardo, a pesar de que Villacampa realizó una segunda parte nefasta. Tampoco intentó cambiar la defensa sobre Biriukov, el hombre decisivo en la victoria madridista. Del alero del Real Madrid se encargó precisamente Villacampa.Y a pesar de todo ello y de que el Madrid llevó la batuta en la concepción del juego, el partido no se resolvió hasta el último segundo. Ello pone al descubierto que en esta eliminatoria ambos equipos siguen contando con la opción de mejorar notablemente su rendimiento. La victoria del Madrid no camufló notables lagunas, la del Joventut, el pasado martes, tampoco.

En el debe de ayer de ambos se puede poner la defectuosa defensa de Simpson sobre Smith; el bajón en la capacidad de resolución de los pívots madridistas durante el segundo periodo, después de que en el primero su juego se basara precisamente en este aspecto (19 tantos por tan sólo ocho del Joventut); el nulo ritmo que le otorgó Antúnez; la irrelevante aportación de Cargol, y las pedradas de Martín y los dos fallos en tiros libres de Brown y Simpson en los instantes decisivos. Esto por lo que se refiere al Madrid. En el Joventut, además de los defectos procedentes de la dirección técnica, de los fallos de Villacampa, existió una discreta labor de Thompson en el primer tiempo y una absoluta falta de resolución en los minutos finales.

Eso sí, ambos equipos se aplicaron bastante más que en su primer choque en el aspecto defensivo, y el Real Madrid jugó mucho más concentrado que entonces, cuando llegó a perder una ventaja de hasta 14 tantos. Ambos intentaron controlar el ritmo del partido y nopermitieron excesivas alegrías en los contragolpes de sus rivales. Lo logré sobre todo el Madrid maniatando a Villacampa.

El ritmo del partido durante la primera parte fue similar al del choque que abrió la eliminatoria. El Joventut empezó mejor (9-3), desconcertando a su rival con una fugaz defensa alternativa, al hombre y en zona, y con un Villacampa que creó muchos problemas a su marcador, Villalobos, al que cargó con tres faltas cuando apenas habían transcurrido cinco minutos. Pero ya antes había empezado a dominar el Madrid. Sobrevivió al ímpetu inicial de los locales con una buena defensa sobre los pívots y a base de triples. El ritmo del juego madridista, mucho más compacto -cuando Luyk había hecho jugar a nueve hombres, Sainz no había efectuado un solo cambio-, dominador absoluto del rebote defensivo y con una resolución basada en Brown, Martín y Simpon, llegó a hacer mella y a procurarle una buena renta, 22-32 en el minuto 15. Fue el Joventut«el que recurrió a los triples con un acierto excepcional y gracias a ello se mantuvo dentro del partido. Pero no sólo a ello. Smith se convirtió ayer en el bastón del defectuoso juego de su equipo. Smith anotó. Smith se encargó de sujetar a Simpson. Smith reboteó en defensa, en ataque. Smith dio asistencias. Smith condujo a su equipo a un parcial de 68-62 cuando restaban seis minutos para el final. Pero no fue suficiente.

El Madrid se benefició en .los instantes decisivos no sólo del manantial de puntos de Biriukov, sino del oportunismo, de la genialidad, de la calidad de Brown. El americano, que ya le sirvió el título de la Recopa con una jugada agónica, se multiplicó ayer en los instantes finales. Basta repasar lo que hizo en los últimos dos minutos: recogió un rebote de ataque y forzó una falta, aunque sólo convirtió un tiro libre de los dos que dispuso (72-72), repitió suerte con el rebote de ataque y anotó dos,puntos (7274) y acabó colocándole un tapón a Morales. Decidió en la medida que en el bando rival y en un lapso de tiempo algo superior Villacampa perdió una posesión del balón y falló dos lanzamientos; el último, un triple sin posición y con Biriukov encima de él.

A pesar de tantos errores, el segundo partido mejoré el primero. Es de esperar que esta progresión se mantenga en los dos próximos encuentros, que se jugarán en Madrid, y si es necesario el desempate, también en el quinto, que deberá desarrollarse en Badalona.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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