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Ventaja inicial de la activista anticorrupción Miriam Santiago en las elecciones Filipinas

Juan Jesús Aznárez

JUAN JESÚS AZNÁREZ ENVIADO ESPECIAL Filipinas votó ayer masivamente en la pútrida barriada capitalina de Tondo, en las hermosas avenidas de San Lorenzo de Manila y en las más remotas aldeas de este archipiélago de calamidades, donde dos aventajados herederos del difunto dictador Ferdinand Marcos y cinco candidatos identificados como demócratas se disputaron la presidencia del país. Cuando se llevaba escrutado el 2% de los sufragios, la popular activista anticorrupción Miriaim Santiago recogía el 28% de los votos, mientras que Fidel Ramos, ministro de Defensa con Marcos y defensor del pluralismo con Corazón Aquino, se situaba en segundo lugar, con un 21,3% de los votos.

Según los primeros resultados, difundidos por el canal de televisión ABS-CBN y recogidos por la agencia France Presse, tras Santiago y Ramos se situaba el acaudalado Eduardo Cojuangco, un nostálgico de la mano dura y los monopolios, con el 18,5% de los sufragios, sobre ese aún escaso 2% de papeletas escrutadas.Los 170.000 colegios electorales se abrieron a las siete de la mañana, poco después de que siete personas murieran a tiros o alcanzadas por la explosión de una granada. Otras cuatro morirían durante el desarrollo de la consulta. Las víctimas durante una campaña electoral de 90 días han sido 71, pero nunca este periodo previo al voto fue tan relativamente pacífico como en esta ocasión. En las elecciones municipales de 1986 y 1988 murieron 387 personas y 512 resultaron heridas.

Los colegios cerraron a las tres de la tarde y comenzó después un lento conteo de los votos cuyos resultados tardarán días en conocerse, o incluso semanas si las diferencias son mínimas entre los contendientes.

Imelda Marcos, como se esperaba, continuaba anoche en las últimas posiciones. "Por primera vez, los filipinos han decidido su destino sin la intervención de Estados Unidos", destacaba un comentarista de la televisión católica.

La participación se situó en torno al 80%, según un cálculo oficial, y la Comisión Electoral registró numerosos incidentes que no afectaron sustancialmente el desarrollo de una consulta en la que también estaban en juego 17.000 cargos oficiales, entre ellos 24 escaños del senado, 200 en la Cámara de Representantes, 73 gobiernos provinciales, 1.600 alcaldías y 15.100 puestos en las administraciones locales.

Estrecho margen

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Las previsiones más fiables adelantan un ganador con un estrecho margen de votos, quizás un 25% de los sufragios, y un gobierno débil y necesitado de alianzas. Ramón Mitra, el candidato del principal partido nacional y favorecido indirectamente por el cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila, parecía quedar algo rezagado en los cómputos iniciales a pesar de su poderosa maquinaria en las zonas rurales.

La consulta de ayer, en esta empobrecida nación de más de 62 millones de habitantes y 32 millones de votantes, tuvo lugar con una normalidad que alteró la sangrienta refriega entre marines a las órdenes de la Comisión Electoral y guardaespaldas armados del gobernador de la isla de Sulú, tres de los cuales fueron abatidos por los soldados. Grupos de pistoleros asustaron al electorado de varios distritos, otros quemaron dos autobuses y algunos boicoteadores robaron listas de votantes que después fueron encontradas en un camión de la basura.

Helicópteros militares tuvieron que acarrear material electoral a los colegios más apartados y las tres armas del Ejército participaron en la solución de problemas logísticos. La policía nacional, con 120.000 hombres en servicio, actuó también para imponer orden en algunas localidades y se registraron choques aislados entre guerrilleros comunistas y patrullas del Ejército.

Miles de filipinos protestaron al no localizar su nombre en las listas, y muchos, entre ellos Imelda Marcos, denunciaron el complicado sistema de voto, con papeletas en las que había que escribir, en un tiempo máximo de 20 minutos, hasta 45 nombres si el votante deseaba completar sus posibilidades de elección.

Compleja ecuación

En los pupitres de los colegios, los votantes parecían ayer agobiados examinandos tratando de resolver una compleja ecuación matemática y, la propia Imelda agotó enfadada los 20 minutos. "Los más previsores redactaron la lista en casa", comentó uno de los interventores del colegio Magdalena de Manila, donde Miriam Santiago, de 46 años, gozaba de grandes simpatías entre la gente joven en la cola. "A una gran parte de los jóvenes les gusta y no se dejan comprar su voto", subrayaba un votante de mediana edad que también se decidió por la gran revelación de los comicios.

"Las elecciones de hoy demostrarán la madurez del pueblo de Filipinas y su apoyo a la democracia", subrayó ayer la presidente Corazón Aquino en la provincia de Tarlac.

Votar y morir en Tondo

., Los habitantes de Tondo, una de las referencias más brutales de la pobreza filipina, sonríen a los periodistas extranjeros que aguantan las náuseas sorteando charcas de detritus y callejuelas convertidas en infectos desagües. El electorado de este matadero de 800.000 personas situado a pocos kilómetros de los barrios más elegantes de Manila acudió diligentemente a las urnas. Una gran parte votó a Imelda Marcos. "Muchos residentes de Tondo no olvídan que Imelda les concedió estas tierras para construir sus casas", explica un conductor a pocos metros de un grupo de chabolas.

Cuando anochece, partidas de delicuentes se adueñan de este gitantesco campamento que trepa por una montaña próxima. "Nadie se preocupa de la política, bastante tienen con procurar comer todos los días", dice un padre canosiano establecido en el lugar con más voluntad que medios.

Los contadores de votos también llegaron a Tondo y dicen que el botín fue cuantioso. "Cuando los jóvenes venían a consultar les decían que aceptaran los 200 pesos (unas 2.000 pesetas) y que luego votaran en conciencia", dice el padre Giovanni, y agrega que "en Tondo la gente vive y se muere sin un sentimiento trágico de la existencia. Morir es para ellos algo normal. Por 50.000 pesetas al año cualquier persona puede apadrinar la escolarización de un niño y financiar su posterior formación profesional. Al donante se le envía una puntual información sobre el aprovechamiento escolar del niño al que ha salvado de un triste destino".

Pocos son, sin embargo, los rescatados. Los habitantes de esta barriada, que poco saben de política, celebraron a su manera la jornada de ayer. Legiones de niños y adolescentes repartieron por las calles miles de papeletas a sueldo de los candidatos.

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