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Solana y tres presidentes autonómicos quieren combatir la idea de que el PSOE se derechiza

Los dirigentes socialistas, entre ellos un ministro y tres presidentes de comunidades autónomas -Javier Solana, Manuel Chaves, Joan Lerma y Jerónimo Saavedra-, que mantuvieron a finales de marzo una reunión para buscar puentes de diálogo con la UGT, adoptarán nuevas iniciativas de este tipo. A las próximas reuniones invitarán a otros altos cargos. Los promotores de estas sesiones, elogiadas por el presidente del PSOE, Ramón Rubial, quieren combatir cualquier apariencia de que el PSOE se derechiza, y reclaman piara 1993 un programa electoral "menos vaporoso".

Los impulsores del proceso de reflexión iniciado en Las Navas (Ávila), entre los que destaca el ugetista Paulino Barrabés, quieren estimular en el seno del PSOE el debate sobre el diálogo posible con la UGT. Pero también, y de forma muy destacada, sobre la utilidad del plan de convergencia con las economías más saneadas de la Comunidad Europea. Un plan, resaltan, que no debe ser identificado principalmente por sus costes, como las restricciones del subsidio de desempleo, sino con el aumento de calidad de vida que puede deparar a la sociedad española. Los participantes en la primera reunión con este temario, realizadas los días 28 y 29 de marzo, consideran que el PSOE debe tomar iniciativas para demostrar que no se ha derechizado, y para mostrar la cara positiva de las medidas de austeridad. Incluso lamentan que el PSOE haya mantenido una actitud defensiva en asuntos en los que se dilucidaban valores como la austeridad, la honradez, la solidaridad y la ética.

Desde su punto de vista, los socialistas deben mostrar una actitud más decidida contra cualquier atisbo de corrupción. En privado reconocen el deterioro de la credibilidad de los socialistas en relación con la coherencia que debía haber entre lo que dicen, hacen y representan.

Aumento de la abstención

Para avanzar en esa dirección, están decididos a promover más reuniones a las que asistan otros dirigentes socialistas y, si es posible, de UGT. Una movilidad que, de paso, evitaría cualquier catalogación de los asistentes como grupo estable. Los participantes en la reunión de Las Navas reconocen estar preocupados por el incremento de la abstención, que refleja en gran medida el distanciamiento e inhibición de ciudadanos que habían apoyado electoralmente al PSOE. Un proceso de abandono que ha alcanzado niveles importantes en las grandes ciudades.

Algunos dirigentes socialistas involucrados en estimular el debate en el PSOE consideran insuficiente el tiempo dedicado en el comité federal del partido -máximo órgano entre congresos- a problemas concretos que afectan a millones de ciudadanos. Para ello reclaman una mayor duración de las discusiones y la preparación de informes previos rigurosos.

Incluso reconocen que los programas electorales en los comicios legislativos deben ser "menos vaporosos" y, en cambio, recoger propuestas nítidas y que reflejen coraje político.

Tanto Barrabés como Carmen García Bloise y los demás asistentes a, la reunión de Las Navas creen que se ha provocado una confusión entre los medios para conseguir la convergencia y los fines. Los medios, resaltan, son la austeridad, el saneamiento de la economía, la restricción del subsidio de desempleo, por ejemplo; los fines son mejorar la calidad de la educación y la sanidad y garantizar la financiación de las prestaciones al 63% de los parados.

Lectura de Maastricht

A su juicio, la política informativa socialista no ha sido capaz de mostrar a la opinión pública los aspectos positivos de los acuerdos de Maastricht. Por el contrario, hasta ahora la convergencia económica ha sido identificada con austeridad y sacrificio. En la exposición de sus reflexiones, en parte recogidas en un documento, el ministro de Educación, Javier Solana; y los presidentes de Andalucía, Manuel Chaves; Comunidad Valenciana, Joan Lerma; y Canarias, Jerónimo Saavedra, destacan que la actuación del Gobierno y del PSOE debe dejar claro que la consecución de la convergencia con Europa es un punto "de referencia ilusionante".

Desde su perspectiva, la convergencia no debe ser promovida en solitario por los socialistas, sino que deben contar con el más amplio apoyo político, social y sindical, si es posible. A este respecto, ya han anunciado su disposición a intentar de nuevo el diálogo con la UGT y Comisiones Obreras. Algunos de ellos recuerdan la hostilidad sindical contra la reforma del sistema de pensiones y los acuerdos parciales que finalmente fueron alcanzados. Y sostienen que el Plan de Convergencia puede incluir estímulos a la creación de empleo que compensen la restricción en las prestaciones de desempleo.

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