La actriz Glenda Jackson y el atleta Sebastian Coe entran en Westminster
Eran los dos candidatos más famosos, al margen de los tres grandes líderes, y ambos obtuvieron la victoria. La actriz Glenda Jackson (laborista) y el atleta retirado Sebastian Coe (conservador) formarán parte del Parlamento de Westminster durante los próximos cinco años. Jackson venció en el distrito londinense de Hampstead, uno de los más difíciles, y anunció que su antigua carrera profesional, en la que ganó dos oscars, "ha terminado: no se puede ser actriz a tiempo parcial". Sebastian Coe, a su vez, venció en Falmouth y pasa a engrosar la mayoría parlamentaria tory.De entre todos los diputados que desaparecen del Parlamento de Westminster destaca uno que jamás se sentó en su escaño: Gerry Adams, el único parlamentario del Sinn Fein. Adams, líder del brazo político del IRA, fue derrotado en su bastión de West Belfast por el católico moderado Joe Hendron, del Partido Laborista Socialdemócrata (SDLP). El acontecimiento fue muy bien recibido entre el resto de los partidos norirlandeses, pero fuentes de las fuerzas de seguridad dijeron que la alegría se mezclaba con una gran preocupación ante "la posibilidad de que el IRA reaccione con una nueva y feroz ofensiva terrorista".
El otro gran derrotado de Ia noche fue el presidente del Partido Conservador, Chris Patten, que perdió su escaño de Bath ante los liberaldemócratas. El rostro de Patten delataba su decepción mientras celebraba, con John Major, la victoria conservadora.
Varios altos cargos del anterior Gobierno, como Lynda Chalker, Colin Moynihan, Francis Maude y Michael Fallon, fueron igualmente desalojados de sus escaños, y con ellos, de sus puestos en el Gabinete.
Una derrota muy inesperada fue la de Jim Sillars, vicesecretario general del Partido Nacional Escocés (SNP) y figura carismática del independentismo. Sillars perdió en Glasgow Govan ante el candidato de su antiguo partido, el laborista.
Un candidato que parecía tener todas las posibilidades de obtener por primera vez un escaño, y no lo logró, fue el conservador John Taylor. Los tories se habían volcado especialmente en su campaña, porque podía convertirse en su primer parlamentario de raza negra y en un importante reclamo ante las minorías étnicas británicas, pero el escaño cayó en el bando liberaldemócrata.
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