Duke gana por segunda vez consecutiva la final universitaria
Duke se proclamó el lunes por la noche el campeón universitario de baloncesto por segundo año consecutivo al derrotar a Michigan por 71-51, una victoria que significa su consagración total. Los Blue Devils se convierten en el primer equipo en 19 años y el sexto en la historia en repetir consecutivamente.
El pívot Christian Laettner, seleccionado el mejor jugador universitario de la temporada, superó un mal comienzo en la final para sumar 19 puntos y siete rebotes. Pero el jugador más valioso del Final Four resultó ser el base Bobby Hurley, quien mantuvo a Duke en equilibrio en los momentos más difíciles.Fue un partido trabajado que Duke ganó por garra. En Ja primera mitad Laettner falló seis de ocho lanzamientos y sumó tan solo cinco puntos además de siete errores de balón. El parcial en el descansó favoreció a Michigan por 30-31. Los Wolverines, con un cuadro incial compuesto totalmente de freshman -jugadores de primer año-, parecía estar a punto de hacer historia y ser la plantilla más joven en conseguir el título.
Resultó ser una cruel ilusión. Duke respondió en la segunda mitad con un esfuerzo defensivo apasionado y casi hermético. Definieron el partído en un parcial de 23-6 en los últimos seis minutos y 46 segundos del encuentro. Los Blue Devils encestaron ocho de sus últimos 10 lanzamientos y consiguieron puntos en sus 12 últimas posesiones de balón. Por su parte, Michigan falló 9 de sus 11 últimos lanzamientos y fallaron cada uno de los nueve triples que intentaron en la. segunda final. Su registro de 51 puntos es el segundo más bajo en una final desde 1949. Duke perdió tan solo dos partidos entoda la temporada y en el momento decisivo se creció como hacen los auténticos campeones.
"Es el año más grande que he tenido en mi vida como entrenador", afirmó Mike Krzyzewski, técnico de Duke. "Ha sido una experiencia increíble dirigir a estos muchachos. Estuvieron clasificados primeros en la nación durante todo el año, ganaron la Liga y mucho más. Son los mejores".
La otra cara de la moneda la protagonizó Webber, de Muchigan, que fue uno de los jugadores que abandonó el campo al finalizar el partido. No quería que las cámaras lo vieran llorando y cuando lo entrevistaron en el vestuario respondió con vulgaridades. Luego se disculpó. "Pido perdón por mi comportamiento", dijo. "Pero no creo que sea necesario disculparme por no saber perder".
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